Mario J. Viera
El Estrecho de Ormuz, punto estratégico vital para el comercio marítimo del petróleo procedente del Oriente Medio se ubica entre el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán, a través de él cruzan entre 15,5 y 17 millones de barriles de petróleo lo que se considera aproximadamente el 40% de la producción petrolífera mundial. El 75% de esa producción va dirigido a los mercados de China, Japón, India y Corea del Sur. La importancia de este estrecho no es desconocida por el gobierno iraní considerándole como pieza clave en su reto al Occidente.
Estrecho de Ormuz |
Desde el pasado 24 de diciembre la flota iraní está desarrollando maniobras navales en los alrededores del Estrecho de Ormuz que, según el jefe de la armada iraní, Habibolah Sayari, tienen como objetivo mostrar el poder defensivo de Irán y probar nuevos misiles, torpedos y otras armas. No obstante, en opinión de muchos expertos, esas operaciones responden a la amenaza lanzada por el vicepresidente iraní, Mohammad Reza Rahimi de cerrar el Estrecho de Ormuz quién de acuerdo con la agencia oficialista de noticias iraní IRNA había declarado: "Si sancionan el petróleo de Irán, no pasara ni una gota de petróleo a través del estrecho de Ormuz".
Maniobra naval irani en Ormuz |
Por su parte, Sayarí levantó la parada diciendo que el cierre del Golfo a la navegación comercial resultaba "más fácil que beber un vaso de agua”, agregando que "no necesitamos cerrarlo porque tenemos el control del mar de Omán y podemos controlar el tránsito”; pero anteriormente, el 13 de diciembre, el miembro de la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento, Parviz Soruri, había afirmado que las maniobras estaban dirigidas a probar la capacidad iraní de poder cerrar el estrecho a la vez que declaraba en términos que recuerdan a lo asegurado por Gadafi ante el eventual ataque de las fuerzas de la OTAN: “Haremos maniobras para cerrar el estrecho de Ormuz pronto. Si alguien quiere traer la inseguridad a nuestra región, entonces nosotros haremos inseguro el mundo”.
Ante las amenazas iraníes los Estados Unidos han declarado categóricamente: “No toleraremos el cierre del estrecho de Ormuz”. Al respecto un vocero de la V Flota de Estados Unidos en declaraciones a la agencia Reuters, afirmó: "Cualquiera que amenace con interrumpir la libre navegación en un estrecho internacional está claramente fuera de la comunidad de naciones”.
La advertencia de Estados Unidos es clara y representa la decisión de hacer actuar la V Flota, con base en Bahrein en el Golfo Pérsico, en contra de la flota iraní. El choque armado entre la poderosa flota de Estados Unidos y la armada iraní significaría el inicio de una guerra que Irán no podría resistir.
China que mantiene excelentes relaciones con Irán podría ser afectada en sus importaciones de petróleo por el cierre de Ormuz; es previsible que se acerque al gobierno iraní con la intención de evitar que cumpla su amenaza. China se ha opuesto a las sanciones en contra de Irán con motivo de su programa atómico; de acuerdo con la opinión de muchos expertos, China considera que un Irán con armas nucleares podría servir a sus intereses geopolíticos en la región del Golfo Pérsico.
En septiembre de 2010 durante un encuentro de Li Changchun, alto personaje del Partido Comunista de China con Ahmadinejad había expresado: “China se opone a las sanciones unilaterales y la presión de los países de Occidente y los EE.UU. sobre Irán por el caso nuclear”.
La amenaza iraní de cerrar el estrecho de Ormuz parece ser una bravata dirigida más a influir en la opinión interna de Irán y sus maniobras navales una táctica de guerra psicológica dada la casi imposible capacidad de su armada de soportar un ataque de la poderosa V Flota. No obstante el fanatismo de Ahmadinejad puede hacerle cometer el craso error de intentar el cierre del estrecho y el control del tránsito marino. Esto sería el principio del fin de la dictadura teocrática persa.
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