Tuesday, December 27, 2011

Lázaro Fariñas vuelve a meter las pezuñas

Mario J. Viera

Lázaro Fariñas es un... digamos, periodista castrista, que tiene una columna en el diario oficialista Juventud Rebelde de propiedad del gobierno, digamos, cubano. Gusta de cantar loas a los vegetes que desgobiernan a Cuba y se dedica a criticar al  país donde ha venido a recular pues, es evidente que no quiere vivir en las miserias que viven los cubanos. ¡Hasta ahí no llega su fidelidad al castrismo!
Por supuesto sus opiniones adversas a los Estados Unidos no son reprimidas, él puede decir toda la bobería que se le ocurra: En Estados Unidos hay libertad de expresión. Por supuesto no está amenazado de ir a prisión por colaborar con un periódico extranjero que por otra parte es uno de los voceros del régimen declarado a sí mismo enemigo de los Estados Unidos. Nadie le acusará de “propaganda enemiga”; esa figura delictiva no está contemplada en la legislación de Estados Unidos; tampoco será encausado por desacato.
Ahora vuelve a meter sus pezuñas dentro de las páginas de Juventud Rebelde para demostrar que es fiel, muy fiel a la dictadura de los hermanos Castro. Su rebuznada pro castrista la dejó escrita en un artículo aparecido en la edición de ayer del diario Juventud Rebelde bajo el encabezamiento de “Irak, ‘Misión incumplida’”.
En su artículo pretende ridiculizar lo dicho por el presidente Barak Obama en el recibimiento de las tropas que actuaban en Irak. Específicamente se refirió a lo dicho por Obama: “...nuestros esfuerzos en Iraq han tomado muchos giros. Han sido una fuente de gran controversia aquí, pero ha habido una constante: el patriotismo y el compromiso para cumplir la misión
Y mete el pezuñazo: “Cabe preguntarse a qué patriotismo se refiere el Presidente. La mayoría de los que aquí residimos, incluyéndolo a él, no estábamos de acuerdo con esa invasión. ¿Cómo se puede hablar de patriotismo si ni siquiera los soldados que combatieron allí estaban de acuerdo con aquella estúpida guerra?”
Como es propio de los periodistas del oficialismo castrista, Fariñas no matiza, es absoluto cuando declara que “la mayoría... no estaba de acuerdo con la invasión a Irak”. Tal vez muchos, incluido Obama no estuvo de acuerdo con la invasión al país del Medio Oriente; pero no la mayoría. La gran mayoría de los americanos estuvieron de acuerdo con la invasión y cantó de alegría cuando se derrocara a Hussein. La gran mayoría, luego no estuvo de acuerdo con que se prolongara la ocupación de Irak, más que nada por razones económicas y ante la preocupación con la muerte de tantos soldados víctimas de ataques terroristas de Al Qaeda.
“La mayoría de los que aquí residimos...”; en esa supuesta mayoría se incluye el propio Fariñas como si él fuera fiel a la bandera del país que le ha acogido y no el fiero defensor del castrismo que en realidad es.
Y continúa rebuznando: “¿Qué patriotismo es ese en que millones y millones del dinero de los contribuyentes fueron a parar al barril sin fondo de grandes empresas norteamericanas, como la Halliburton?”, conclusión carente de todo sentido lógico. Si criticar quisiera en este sentido podría haber dicho que para la guerra en Irak se malgastaron “millones y millones del dinero de los contribuyentes” para sostenimiento de las tropas y de todo el material táctico que requería. Si quisiera, podría señalar que el resultado final sería más que nada en beneficio de grandes empresas norteamericanas que se benefician del petróleo como las empresas Halliburton que han sido acusadas de recibir ilegalmente un trato especial en la obtención de contratos en Kuwait y recibir beneficios sin licitación para la “reconstrucción de Irak”.
Fariñas descalifica el comportamiento de los soldados de Estados Unidos insinuando que carecían de sentimientos patrióticos en la guerra que se libraba en Irak. No reconoce los actos de verdadera heroicidad que desplegaron en los combates y su orgullo de formar parte de las fuerzas armadas de los Estados Unidos.
¿Qué decir de los millones y millones de dinero que se le quitaba a los cubanos para mantener las guerras aventureras que Castro, al servicio de la Unión Soviética, sostenía en tierras africanas, los miles de muertos que le causaron a los cubanos, a cubanos que eran movilizados, no de agrado, sino por presiones u obligados como reclutas del Servicio Militar Obligatorio? ¿Patriotismo? Pocos son los soldados cubanos desmovilizados que participaron en aquellas guerras castristas que se sienten orgullosos de aquellas misiones “internacionalistas”.
Pero Fariñas no se contiene y sigue diciendo lo que suena agradable a la dictadura castrista: “Realmente no veo por qué el presidente Obama tuvo que catalogar algo tan infame como la invasión a Iraq como un acto patriótico, cuando él mismo sabe que aquel acto fue realizado, única y exclusivamente, por un grupo de personas que bien pudieran ser llevadas ante los tribunales de este país por el acto tan antipatriótico de hundir a la patria en un conflicto que no solo trajo daños en víctimas humanas allá y acá, sino también la destrucción de un país que no había cometido ningún acto violento contra Estados Unidos
Lo mismo se podría decir de la invasión castrista en Etiopía y en Angola ¿por qué el usurpador del gobierno cubano, Fidel Castro tuvo que catalogar algo tan infame como convertir a nuestros soldados en mercenarios al servicio del poder soviético como un acto patriótico y deber internacionalista? Podemos agregar que todos sabemos, él también lo sabe, que aquellas guerras ajenas fueron realizadas a favor, única y exclusivamente, de un grupo de personas que bien pudieran ser llevadas ante los tribunales por el acto antipatriótico de hundir a la patria en conflictos en los que nada ganara el pueblo cubano y solo trajo daños en víctimas humanas de jóvenes aún en la adolescencia y de cuantiosos recursos que se dilapidaron sin beneficio para Cuba.
Todos sabemos, Fariñas también lo sabe, que es falsa la pretendida unidad del pueblo en torno al deplorable Partido Comunista y al gobierno de momias que le preside; que ya el cubano está hastiado de una dictadura cincuentenaria y que si todavía no se ha rebelado es solo por cuestiones circunstanciales, no porque falte el deseo de deshacerse de la élite parasitaria que le gobierna y de los demagogos que desde el extranjero cantan loas al fracasado sistema político, social y económico impuesto por las armas sobre todos los cubanos.

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