Mario J. Viera
Sí, hay que hacerse esta pregunta, ¿quién será el próximo presidente de Cuba? Según el designado presidente Raúl Castro, el próximo presidente será uno que hable inglés. No por la cercanía a los Estados Unidos porque: “Si fuera por eso, preferíamos ser mudos”, así lo declaró en la Cumbre de la Comunidad del Caribe (CARICOM), a la que el pasado jueves asistiera.
Ya está pensando en su sucesión; ¡Claro, ya él está viejo! Comprende que en algún momento tendrá que dar paso a un nuevo pretendiente. Ya debe estar trabajando en ese asunto y analizando quién pudiera ser el nuevo mesías
Aunque él precisamente no tenga ningún atributo mesiánico, siempre fue y ha sido un segundón; un sumiso segundón de su todo poderoso hermano mayor, lo sigue siendo aun cuando aparentemente sea él el mandamás del gobierno en Cuba; pero se necesita elegir al probable delfín que le suceda.
Hay varios atributos que debe reunir el sucesor además de hablar inglés; deberá tener presencia, es decir porte, buena figura y ¿por qué no?, joven, ya los viejos, los veteranos, los históricos van en forzada declinación por imperativos biológicos; de modo que no se descarta algún sustituto que frise en la edad de los cuarenta años; pero, eso sí, debe ser fiel, muy fiel a la familia Castro, que les mantenga en toda su vida de esplendor aunque sean unos pobres ancianos achacosos. Ah, y tiene que ser firme, inflexible, que no le tiemble la mano a la hora de reprimir el descontento popular sin importar que sea amado siempre que sea temido. Por decantado se deja que deberá ser un miembro de la dinastía Castro.
¿Quién de los miembros de la dinastía? ¿Algún hijo de Fidel Castro? No, ya para entonces, es probable que el Castro Primero esté reposando en un glorioso panteón y Raúl tenga manos libres para elegir entre sus vástagos al heredero del poder. No elegirá a la princesa Mariela, es muy tonta; Deborah y Nilsa no representan nada, ¿acaso su hijo dilecto, el coronel Alejandro Castro Espín? No, a ese no se lo traga nadie y no tiene porte alguno, aunque sí no tiene ningún escrúpulo para aplastar a cualquiera que pueda ser molesto. Entonces ¿quién?
Según el periodista chileno Pedro Scwarze en su blog “Toda la noche oyendo pasar pájaros” hay un miembro del clan quien “ha logrado la mayor exposición pública es Raúl Rodríguez Castro, el hijo de Luis Alberto Rodríguez y nieto de Raúl Castro. El joven, conocido en su círculo familiar como El Cangrejo, aparece en las imágenes siempre junto a su abuelo, cumpliendo funciones de asistente y hombre a cargo de su seguridad”. El nieto de Raúl Castro y del también general Guillermo Rodríguez del Pozo, Gallo Ronco, el hijo del poderoso coronel Luís Alberto Rodríguez López-Callejas, el director general del Grupo de Administración Empresarial (Gaesa), pertenecientes a las Fuerzas Armadas Revolucionarias y que tiene bajo su control un importante número de empresas como Almacenes Universales, TRD Caribe, Gaviota S.A., Antex S.A., Sermar S.A. y Aerogaviota, entre otras.
Raúl Rodríguez Castro quien, según Juan Juan Almeida, un hombre que había estado muy ligado al clan de los Castro, “de bebé era solitario, travieso, alegre y testarudo, ya entonces se adivinaba en su comportamiento una lógica tendencia autoritaria”, es ahora el jefe de la escolta personal de Raúl Castro y hay que reconocerlo, el nieto tiene porte, figura de mafioso de película americana, no le falta marcialidad y carece de escrúpulos, es probable que sea el futuro designado por Raúl Castro para sustituirle en la jefatura del país, algo que ya desde mayo de 2006, al conocerse el nombramiento de Rodríguez Castro como jefe de la escolta de Raúl Castro la Agencia de Noticias de Miami preveía que “este nuevo paso de la cúpula castrista no es más que una de las tantas medidas que se están tomando en silencio para garantizar la sucesión del modelo totalitario comunista”.
No me caben dudas. El nieto es el designado. No obstante hay que formular otra pregunta: ¿asumirá Raúl Rodríguez Castro la presidencia del Consejo de estado y del Consejo de Ministros como probablemente pretende Raúl Castro? Eso está por ver. Llegada la ocasión no se puede descartar la lucha de facciones oficialistas por la toma del poder, para entonces ya Fidel Castro sería solo una sombra, el pasado y muchos son los que pretenden su parte de la tajada.
En política, un año es un tiempo muy imprevisible, cinco años es un tiempo aún más impredecible... Muchas cosas pueden producirse... Quizá pasado ese quinquenio no haya oportunidad para que otro Castro asuma el poder... Quizá el nuevo presidente provenga de las filas civiles, de Matanzas, de Arroyo Naranjo, quizá de la barriada de Lawton en La Habana y muy probablemente no sea miembro del Partido Comunista de Cuba y hasta quizá, para ese entonces, el PCC haya dejado de existir...
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