Monday, March 26, 2012

Benedicto XVI podría traer ese final tan esperado

Juan Juan Almeida. MARTINOTICIAS

Tras la conferencia de prensa de Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, quedaron oficialmente inaugurados, el pasado domingo 25, los centros de prensa en el Hotel Nacional de La Habana, y el Meliá de Santiago de Cuba. Ambos polos informativos se crearon para la anunciada labor de brindar facilidades a los cientos de periodistas que cubrirán la visita de Su Santidad el Papa Benedicto XVI.

Lo triste es que el moderador de la ostentosa habladuría, fue un señor con sobrepeso y alegría de alpinista acabado de alcanzar la cima del Himalaya. Su nombre es Gustavo Machín Gómez; hoy con tres tallas más de cintura y un par de lustros más viejo que cuando siendo primer secretario de la Oficina de Intereses de Cuba en Washington, junto a otros funcionarios, fue declarado persona non grata por el gobierno de los Estados Unidos - y cito las declaraciones del entonces portavoz del Departamento de Estado en la Oficina de Asuntos Hemisféricos (Charles Barclay)  - por "haber estado comprometidos en actividades consideradas perjudiciales para Estados Unidos fuera de sus funciones oficiales como miembros de la misión permanente de Cuba en la ONU".

 Insisto, la información debe ser plural de lo contrario es manipulación. Los medios de prensa oficiales multiplicarán constantes mensajes de amor, pero la visita papal aún no logra  fervor en la población nacional porque Cuba sólo cuenta con un 10% de católicos practicantes que, como regla general, son personas de edad avanzada.

 Muchos jóvenes se alejaron del catolicismo; para ellos, la peregrinación del Santo Padre es tan sólo un momento molesto. El gobierno está alterado; y la policía, más presente que lo habitual, constantemente los hostiga con controles de identidad.

 Sorpresas no sucederán. Fue el Papa Benedicto XV quien proclamó patrona de Cuba en 1916 a la virgencita morena de La Caridad del Cobre.

 El aeropuerto y las respectivas plazas de Santiago y La Habana, ya se encuentran engalanadas y listas para recibir la visita del Sumo Pontífice y jefe de Estado del Vaticano. El pueblo presente en el recibimiento y en las misas escuchará a Su Santidad con profundo respeto y civismo. Benedicto XVI visitará como peregrino el Santuario y será recibido por la muy afinada STEEL BAND de esa localidad que recibió asesoramiento en Trinidad y Tobago.

 Los comerciantes ambulantes y cuentapropistas locales ya están vendiendo estampitas, souvenirs e imágenes alegóricas. La ciudad sonríe sin dientes para dar la bienvenida. Dementes, pordioseros y repudiados permanecen encerrados, escondidos a miradas ajenas. Todo está a pedir de boca, misa diurna, rumba nocturna, sincretismo y religión, no debemos olvidar que para una parte importante de la población cubana, la Iglesia Católica funge como el nuevo socio de las autoridades políticas. Quiero creer que el previsto encuentro entre el Papa y el ex gobernante será la extremaunción a un calvario que ya se hace interminable. Pero no será así. Es más de lo mismo, ahora con un matiz más light.

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