Thursday, March 22, 2012

Fasci venezolani di combattimento

Andrés Simón Moreno Arreche. DIARIO DE AMERICA



Introduzione in tempo rivoluzionario:

En una anterior entrega (Lucha de clases o clases de lucha en Venezuela) sostuve que:

• La pretendida lucha de clases que el Teniente coronel Chávez se empecina en insertar artificiosamente en Venezuela es su mayor despropósito sociopolítico desde que se quitó la careta demócrata en el año 2002.

• Que el Teniente coronel Chávez persiste en reinterpretar torpemente la realidad venezolana para satisfacer su narcisismo patológico y protagónico a través del poder, un sucedáneo vil de las normales relaciones heterosexuales que todo Presidente debería sostener con una compañera, pero que él sustituye por la autocomplacencia viciosa del mando autocrático, lo único que le satisface plenamente.

• Y que son tres las más comunes clases de lucha que ha puesto en práctica contra los ciudadanos para satisfacer su narcisismo a través del poder:

El jiu-jitsu con el pasado del año 99, con sus técnicas de proyección, de inmovilización y los golpes a las partes vitales de la sociedad.

La pelea callejera que nos dio entre el 2002 y el 2003 y que se transformó en un catch-as-catch-can político.

El Pancracio chavista que utiliza desde su primer fracaso electoral en el 2007, una combinación de golpes bajos y lucha traicionera en la que vale todo, que consiste en el aplastamiento de la voluntad popular, por la vía de numerosos Decretos-Leyes.



La battaglia delle squadristi rosse vivaci:

De todas esas clases de lucha, los demócratas venezolanos hemos obtenido dolorosos aprendizajes, pero también mucha experiencia en el manejo que hace el Teniente coronel Chávez del juego político sucio y traicionero. Por ese aprendizaje, que los demócratas venezolanos hemos obtenido a sangre, fuego y bombas lacrimógenas, es que el Teniente coronel Chávez no repite las clases de lucha pasadas sino que desempolva otras modalidades, como las camicie nere de los squadristi de Mussolini, que se comportan como el instrumento violento de su dictadura totalitaria, una herramienta de propaganda e intimidación política que ha traído el Teniente coronel aparejadas con su revolución. Inicialmente lo hizo con los Círculos Bolivarianos Socialistas del 2002, círculos que después se transformaron en los Colectivos Bolivarianos violentos (como ‘La Piedrita’, en Caracas) desde el 2005 y ahora, en el 2012, el año que aspira un tercer mandato, lanza contra los opositores al régimen sus Brigadas de Combate electoral, que son en la práctica una facción de choque, reconocida y protegida por el Estado, ideal para el combate callejero; una auténtica milicia del P.S.U.V., partido del que también es su presidente, como Benito Mussolini lo fue del suyo.

Estas squadristi rosse vivaci son falanges civiles especializadas en el combate urbano, compuesta por regimientos de concienciación ciudadana, de similar estructura y objetivos que las Brigadas de Protección Revolucionaria de Cuba, y por batallones de guerrilla comunicacional, integrados por jóvenes liceístas armados de pinceles, brochas, pintura en espray ¡y rifles Kalashnikov! Tales falanges revolucionarias son bastante conocidas en Venezuela por sus numerosas apariciones públicas pues son herederas directas del accionar callejero de los Círculos Bolivarianos del ‘99 y de las andanzas al margen de la Ley de los Colectivos Bolivarianos que sucedieron a aquellos círculos a partir del 2005, pero que ahora, con las oposiciones demócratas venezolanas agrupadas alrededor de un candidato único, Henrique Capriles Radonski,  actúan como los fasci autonomi d'azione rivoluzionaria de Mussolini, que en la práctica venezolana son como ligas de delincuentes y ex convictos con miembros del P.S.U.V., que operan para la intimidación de los ciudadanos, un calco histórico de los fascio del popolo de Mussolini.

Estos neo squadristi de camisas rojas venezolanos son la más reciente punta de lanza de la sicurezza rivoluzionaria chavista. Derivan del proyecto comunista para la formación y organización de un cuerpo de voluntarios y mercenarios sociales, encuadrados como milicias de civiles que se articulan como Guardia armata della rivoluzione al servicio de las aspiraciones políticas del dictador. Están especialmente capacitados para ejecutar labores de contrainteligencia en los barrios y urbanizaciones; para el seguimiento y control de las migraciones de votantes, pero sobre cualquier otra misión, están convenientemente entrenados para el sabotaje urbano de las manifestaciones políticas públicas a favor del candidato opositor.



Cosí operare le squadre rosse vivaci:

El fascismo promovido por Hugo Chávez, pero ejecutado por colectivos previamente organizados y armados por el Gobierno, pretende infundir el comportamiento obediente de las multitudes, ennoblecidas como héroes del gobierno para instituir una sola idea o pieza socio-espiritual unitaria. Esta modalidad postmoderna del fascismo utiliza hábilmente los medios de comunicación tradicional y los ‘alternativos’ (emisoras radiales comunitarias, redes sociales, etc.) para la promoción del carisma de Chávez como líder del proceso (presuntamente revolucionario) en el que se concentran todos los poderes con el propósito de conducir en unidad al denominado cuerpo social de la nación.

Es importante destacar que el fascismo chavista se identifica por su método de razonamiento o maniobra de expansión comunicacional para sentenciar metódicamente a las personas, no por sus acciones sino por la asociación a una corporación, en este caso, al P.S.U.V. Para alcanzar esa meta, y simultáneamente mantener controlados a quienes se pliegan a su voluntad, el neo-fascismo chavista reproduce con visible demagogia los sentimientos de temor y fracaso colectivo para exacerbarlos mediante la violencia, la represión y el proselitismo y al mismo tiempo los desliza contra un enemigo común – que suele ser el “imperio mesmo” ─ que le funciona como chivo expiatorio frente al cual hay que verter toda la ofuscación posible de manera irreflexiva, para lograr una unidad y una adhesión de la población, así sea voluntaria como resultado de la desinformación, así sea por la fuerza vandálica y callejera de las squadristi rosse.

El neo fascismo de Chávez es una fórmula direccional que pretende llevar a término la solidaridad automática de una sociedad y para ello promueve el reclutamiento masivo a sus causas mediante la figura subsumida de las misiones y la desfiguración de las demandas individuales o locales en beneficio de los objetivos determinados según su criterio y para consolidación de su régimen. Para alcanzar este objetivo se requiere de muchos colectivos que operen como los manípulos, tal como las unidades legionarias del aparato social del fascismo, que se autodefinían interclasistas como estas legiones bolivarianas, pero que como aquéllas estas también reniegan del individualismo, rechazan la preexistencia de las motivaciones de género y pretenden erradicar el debate de las ideas y el contraste de las opiniones con una actitud paternalista, de gremio vertical y único en el que todos deben ser obedientes a las ‘Líneas de Chávez’ que el dictador lanza desde el gobierno. Un neo fascismo que demanda una obediencia ciega y vertical, similar a la observada en las Legioni romane y en los squadristi de Mussolini.

Para que no queden dudas de quiénes son y a nombre de quién actúan, estos squadristichavistas rosse vivaci se identifican abiertamente con el fascio littorio del partido único: La camisa roja, la iconografía revolucionaria (la cara del Che Guevara, la boina negra o vino tinto y el puño izquierdo en lo alto) y la exhibición impúdica de armamento de guerra con el que disparan a mansalva a las nutridas manifestaciones de apoyo al candidato de las oposiciones, una conducta antidemocrática sólo entendible como el comportamiento nada cívico de un corporativismo totalitario que sin lugar a dudas es, a todas luces, un modernísimo fasci venezolani di combattimento en pleno Siglo XXI.


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