Amenazas por decir la verdad
Los estudiantes del movimiento “Yo Soy
132” no usan libretitas sino teléfonos celulares y computadoras. Pero también
están siendo amenazados. ¿Por qué? Porque se atrevieron a pegarle a todos los
de arriba, empezando con las dos principales televisoras y con el candidato que
todavía va de puntero en las encuestas
Jorge Ramos. EL
NUEVO HERALD
Decir
la verdad en México te puede costar la vida. Ahí están los más de 50
periodistas asesinados desde el 2000 a este año. Y ahí están, también, el
sacerdote Alejandro Solalinde y los estudiantes del movimiento “YoSoy132”, que
se la están jugando al decir cosas que, hasta ahora, habían callado millones de
mexicanos.
Al
padre Solalinde lo entrevisté en Miami. Acababa de salir de México, encubierto,
luego que se descubrieran varias amenazas de muerte en su contra. “¿Quién lo quiere matar?” le pregunté. “Las mafias, políticos corruptos; están
enojados”, me dijo. “Estamos
estorbando intereses muy fuertes, no solo del narcotráfico, sino también de
políticos que se han acostumbrado a la corrupción”.
Cerca
de 300 mil inmigrantes centroamericanos cruzan México cada año con destino a
Estados Unidos. Muchos son robados, secuestrados o violados. Pero el padre
Solalinde ha protegido de narcotraficantes, “coyotes” y políticos a miles de
inmigrantes que pasan por su refugio “Hermanos Del Camino” en Oaxaca. Por eso
lo quieren matar. Incomoda. Mucho.
“Las amenazas son porque políticos pagaron
por mi cabeza”, denunció. ¿Cuánto? “Muy poquito”, me dijo con una sonrisa.
“Cinco millones de pesos (o poco más
de 350 mil dólares).”
A
pesar de las amenazas, el padre Solalinde tiene planeado regresar a México
cuando termine una gira de un par de meses por Estados Unidos y Canadá. “Yo nunca me he quedado callado”, me
dijo. Lo que más le preocupa es no seguir su misión protegiendo a los
inmigrantes centroamericanos. “Eso me
daría vergüenza”.
Pero
Solalinde no es ingenuo. Durante siete años ha apuntado todo, todo ─ nombres de
políticos y narcos, las amenazas que le han hecho, cómo, la gente que lo
critica… ─ en unas 50 libretitas. Durante la entrevista no se desprendió de una
de ellas. Si alguien le hace algo, el nombre del responsable podría estar en
esas libretitas.
Los
estudiantes del movimiento “Yo Soy 132” no usan libretitas sino teléfonos
celulares y computadoras. Pero también están siendo amenazados. ¿Por qué?
Porque se atrevieron a pegarle a todos los de arriba, empezando con las dos
principales televisoras y con el candidato que todavía va de puntero en las
encuestas.
En
concreto, acusan al candidato priísta, Enrique Peña Nieto, de manipular la
elección presidencial utilizando dineros públicos durante años para la compra
multimillonaria de espacios y periodistas en los medios de comunicación. Este
movimiento le quitó el teflón a Peña Nieto ─ a quien no parecían afectarle sus
múltiples errores ─ y ahora ya está cayendo en las encuestas.
Desde
1968 no surgía en México un movimiento estudiantil que atacara de una forma tan
contundente el status quo. Los estudiantes, con sus marchas y protestas, están
criticando lo peor de México: la acumulación del poder, la información y la
riqueza en muy pocas manos. Quieren lo mismo que los jóvenes de las primaveras
en otras partes del mundo: que un grupito no decida por todos, que se escuchen
todas las voces y que las cosas sean justas.
Pero
hacer tambalear tantos intereses tiene sus consecuencias. El rector de la
Universidad Iberoamericana, José Morales Orozco, denunció que algunos de los
131 estudiantes que hicieron un video criticando a Peña Nieto y su partido, el
PRI, “han recibido llamadas telefónicas
intimidatorias o mensajes amenazantes por las redes sociales”. Y en un
clima de violencia e impunidad como el que se vive en México, eso es muy grave
y peligroso.
Así
me lo confirmó el estudiante de la Universidad Iberoamericana, José Miguel
Barberena, uno de los 132. “Muchas de estas amenazas son vía redes sociales,
vía Facebook y Twitter”, me dijo en una entrevista el estudiante de
comunicación. “Sí hay compañeros que tienen mucho miedo, que han cerrado sus
perfiles (en la internet)”. ¿Miedo a qué? “Miedo a que haya una represalia o
que hagan algo contra su familia”.
Pero
este movimiento estudiantil es más fuerte que el miedo y va a seguir. “La emergencia nacional que vivimos en este
país requiere de un movimiento permanente para trascender al ámbito de las
propuestas”, me explicó Carlos Cario, de la Universidad Nacional Autónoma
de México, parte del grupo “Yo Soy 132”.
Todo
este movimiento comenzó en la Universidad Iberoamericana, donde yo estudié. Y
eso me llena de orgullo. En la parte de arriba de mi título universitario dice:
“La Verdad Nos Hará Libres”. Y eso es exactamente lo que están haciendo el
padre Solalinde y los universitarios mexicanos; a pesar de las amenazas, están
diciendo la verdad para que México cambie.
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