Un aporte positivo del compañero Fidel
José Antonio
Fornaris. CUBANET
El
mini cuento ya existía. Pero el siempre innovador compañero Fidel inventó ahora
la reflexión-twitter o mini reflexión. Es algo que mucho le agradecemos en
Cuba, pues, hasta el pasado mes de mayo, sus reflexiones eran de talla
extra-grande, intragables. Llegaron a abarcar dos páginas en los periódicos y
30 minutos, o más, en el noticiero de televisión.
Pero
el papel y la señal de televisión son caros. Tal vez por eso que el compañero
Fidel ha decidido al final de su vida realizar por fin un aporte positive a la
economía nacional. Lo malo es que en sus mini-reflexiones parece dispuesto a
aumentar las dosis de veneno, a la par que disminuye la palabrería.
Por
ejemplo, en la dedicada a Erich Honecker hay una afirmación muy rarita. Dijo,
sin más, que el comunismo había terminado en Alemania porque alguien, en Moscú,
vendió su alma al diablo por unas líneas de vodka.
Recordemos
que siempre se ha dicho que el comunismo es el salvador de los pueblos, y que
sus garantes son el amor que las masas sienten por él y por sus geniales
líderes, así como la firme ideología y los cuerpos armados y de inteligencia de
los países donde sentó plaza. ¿O es qué eso no es así?
Tengo
un amigo encargado de ofrecer cada día información política, tras la formación
de rigor en pelotones (paramilitares), a un grupo de una de las entidades de
guardianes que se dedican a la protección de establecimientos de servicio. Por
lo general, en esos informes, mi amigo agrega algo de su cosecha propia.
Ha
dicho cosas como esta: “Los trabajadores
del banco de semen de la provincia Camagüey fueron homenajeados por haber
cumplido el plan del trimestre con varios días de antelación”. O como esta
otra: “El Presidente de la Cámara de
Comercio de China, Choen Sapingo se encuentra en Cuba para dar a conocer una
nueva variedad de arroz “.
Mi
amigo asegura que nunca nadie ha reaccionado a las noticias absurdas que él
transmite en esas cortas sesiones de “información política”. Pues evidentemente
nadie escucha nada, a nadie le importa nada, nadie cree nada, y, por lo tanto,
da lo mismo una cosa que otra.
Lo
importante es aparentar que el sistema funciona, que el comunismo sirve para
algo más que para esclavizar al pueblo. Entonces, esa misma conclusión es
aplicable al cambio de estructura en las “reflexiones” del compañero Fidel. Ni
las híper-breves de hoy ni las extremadamente largas de ayer, interesan a nadie.
Pero si nos obligan a escoger, preferimos las breves, porque duran menos.
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