Thursday, June 14, 2012


El IFE, la Fepade y la carabina de Ambrosio

Humberto Musacchio*. EXCELSIOR

La campaña transcurría en calma chicha. Según las encuestas, Enrique Peña Nieto iba (va, dicen) arriba por 20 puntos y a sus contrincantes no les quedaba más que la pelea por el segundo lugar. Pero apareció un sondeo que daba sólo cuatro puntos de ventaja al priista y a partir de entonces se ha desatado la guerra sucia en un tono que corrige y aumenta la de 2006.

Las encuestas siguen siendo generosas, generosísimas con Peña Nieto. Desde diciembre van y vienen incidentes graves y no se le despeina un pelo al hombre del gran copete. El diario inglés The Guardian revela un ilegal contrato publicitario entre Peña Nieto y una empresa televisora, mediante empresas filiales o fantasmas, y los consejeros del IFE se encogen de hombros y la Fepade se declara inexistente.

 A The New York Times, que no tiene simpatía alguna por Andrés Manuel López Obrador, le sorprende que las “indagatorias de corrupción contra Peña Nieto, las protestas juveniles e incluso infidelidades maritales” que en otros países “bastarían para derrumbar a cualquier candidato en las encuestas”, aquí en México no signifiquen nada, según los encuestadores, por supuesto.

Circula en internet un correo que muestra las inconsistencias — de algún modo hay que llamarlas — de la casa Mitofsky, que en 2010 pronosticó triunfos del PRI en Sinaloa, Oaxaca y Puebla, tres estados en los que el tricolor perdió la gubernatura pese a que los muestreos le daban ventajas de ocho, cinco y 12 puntos. Sus mediciones han sido igualmente inexactas en Hidalgo y Veracruz, estados donde ganó el PRI, pero no por las diferencias que auguraba de 21 y 23 puntos, sino sólo por cinco y dos puntos, en entidades rígidamente controladas por los cacicazgos priistas.

Sorprende que al IFE no le preocupe tanta inexactitud. Con su indiferencia, permite que las encuestas se conviertan en instrumentos de propaganda y en profecías que al causar desánimo en el votante opositor acaban por validarse a sí mismas, por autocumplirse.

Es conmovedora la continencia de los señores consejeros del IFE ante el derroche del PRI, que con multitudinarias comitivas va por todo el país regalando plumas, tazones, banderines, costales de cemento, ladrillos, lavadoras, computadoras, refrigeradores y cuanto objeto puede allegarle votos. Pero el IFE y la Fepade no se han enterado, aunque eso sí, están muy preocupados por el gasto de campaña de López Obrador, un candidato que viaja en clase turista mientras Peña Nieto tiene a su disposición una flotilla de aviones y helicópteros, según información no desmentida de Reforma, que hasta publicó la foto de esas aeronaves cuyo alquiler cuesta más de cinco mil dólares la hora.

Otra vez circulan los videos difamatorios contra López Obrador, algunos avalados expresamente por el PAN y, lo que es mucho más preocupante: ya se desataron las agresiones físicas de bandas de rufianes priistas contra los muchachos del movimiento #YoSoy132, como ocurrió en el Estadio Azteca, al que los priistas llevaron 16 mil golpeadores acarreados. Y el IFE y la Fepade, para despertar de su letargo, quizás están esperando que asesinen a algunos estudiantes.

Se descubre que andan desaparecidas 15 mil boletas y los señores consejeros no logran salir de su modorra, aunque lo cierto es que pueden ser más, muchísimas más, pues si se extravían o duplican 15 mil, ¿por qué no 150 mil o millones de boletas? ¿Y qué decir de la intromisión del crimen organizado en varias regiones del país? ¿Qué esperan las autoridades, las electorales y las otras, para intervenir?

*Periodista y autor de Milenios de México

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