Monday, June 18, 2012


Correa el censor

Danilo Arbilla. EL NUEVO HERALD

En su tránsito por la presidencia del Ecuador, que esperemos no sea muy largo, Rafael Correa solo será recordado por sus continuos ataques a libertad de prensa, por su feroz persecución a medios de prensa y periodistas ecuatorianos y por su campaña contra la libertad de expresión a nivel continental. Qué feo.

Eso sí, hasta ahora no ha conseguido tumbar a la Relatoría de la Libertad de Expresión de la OEA a la que él, con esa mezcla de arrogancia y ordinariez, la calificó de ser la defensora de la “libertad de extorsión del periodismo”. Qué falta de estilo. Debe de haberlo aprendido de Chávez.

Hasta que no lo consiga, entonces, deberá resignarse y continuar bajo vigilancia. Él y sus otros socios del Alba, que no soportan ningún tipo de curiosidad sobre cómo se manejan respecto a los derechos humanos en general y a la libertad de prensa en particular. De ahí esa fobia que tienen contra la Comisión de Derechos Humanos y la Relatoría de la Libertad de Expresión de la OEA.

Mientras tanto y volviendo a las andanzas del ecuatoriano bien vale una puesta al día de cuáles ha sido sus más recientes. En los últimos quince días, por ejemplo, fueron clausurados en Ecuador seis medios de comunicación: dos televisoras (Telesangay y Lidervisión) y cuatro emisoras de radio (El Dorado, Líder, Pantera y Net) por disposición gubernamental. Formalmente los cierres fueron dispuestos por problemas técnicos e “incumplimientos legales”, pero nadie se lo cree, como nadie se creyó lo de aquellos dictámenes judiciales a favor de Correa contra el periodista Palacio, el diario El Universo y los autores del libro El Gran Hermano. Con respecto a estas clausuras, Reporteros Sin Fronteras, así como varios medios de comunicación ecuatorianos, consideran que no son otra cosa que represalias de tipo político. En su mayoría los medios sancionados eran críticos del gobierno y hubo más de un caso en que la clausura devino días después en que realizaron entrevistas a dirigentes políticos opositores.

Con estos cierres suman ahora 16 los medios, entre televisoras y radios, clausurados en Ecuador en lo que va del 2012. Y esto no es todo, la Superintendencia de Telecomunicaciones (brazo ejecutor del Gran Censor Rafael) anuncia que otras 20 emisoras más habrán de ser clausuradas: “por falta de pago de multas y por otras razones” y si no se portan bien, por supuesto.

Paralelamente y según denunció la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Correa prohibió a sus ministros y funcionarios de su gobierno dar entrevistas e información a medios de comunicación privados. Así de simple y de transparente. Con esta medida el mandamás ecuatoriano lo que busca, según él lo dijo, es no facilitar que los “medios privados corruptos se llenen los bolsillos”.

De esta manera Correa, sin abandonar su estilo tan fino y elegante, deja muy bien parados a sus ministros y otros miembros de su gobierno en cuanto a la autonomía e independencia personal con que actúan, no ceja en su batalla contra esa peste que es la libertad de expresión y evita que los ecuatorianos se enteren de todo lo que él está cocinando desde el Palacio de Gobierno y que no quiere que nadie sepa.

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