Tuesday, June 5, 2012


Un esclarecimiento, quizás “no tan honesto”

Pablo Pascual Méndez Piña. CUBANET
Camión utilizado para transportar a parte de los asaltantes al Palacio Presidencial el 13 de Marzo de 1957

Hubo que esperar 55 años, para que Fidel Castro hiciera un esclarecimiento sobre el ataque al cuartel del Uvero, donde se demostró — según las doctrinas — “La mayoría de edad del Ejército Rebelde”.

En sus más reciente Reflexión, titulada “Un esclarecimiento honesto”, Castro dice  que después de la conmemoración del violento combate, el pasado 28 de mayo, se vio obligado a revelar que Manuel Piñeiro, “Barbarroja”, obtuvo un alijo de armas “asociadas” al ataque a Palacio por el Directorio Revolucionario, que más tarde fueron transferidas a la Sierra Maestra a través de Frank País.

Con esas armas y las que tenían — alega el articulista — atacaron el cuartel del Uvero, motivados por un fuerte sentimiento de  solidaridad, con los expedicionarios del Corinthia, dirigidos por Calixto Sánchez White, y declara que “la decisión tomada fue incorrecta”.

Creo que a estas alturas a nadie le importa que Fidel Castro cometiera un error táctico-estratégico, hace más de medio siglo.  Sin embargo, la revelación del origen de las armas, con las que combatió, llama la atención, pues una de las causas que, propiciaron el fracaso de las acciones acontecidas el 13 de marzo de 1957, según los criterios de algunos sobrevivientes, fue la no participación de un grupo de refuerzo que apoyaría el asalto, y cabe la posibilidad de que las armas utilizadas en la operación del Uvero, procedan de ese contingente que se acobardó o recibió la orden de no presentarse en el ataque.

El asalto al Palacio Presidencial, para muchos la acción más audaz del periodo revolucionario 52-59, pudo ser saboteado por intereses políticos.

Se exacerban las dudas, puesto que la muerte súbita de Fulgencio Batista, hubiera tachado los motivos por los cuales los revolucionarios emprendieron el camino de la lucha armada, supuestamente para restaurar la democracia interrumpida desde el golpe militar del 10 de marzo de 1952 y, de haberse concretado el éxito del Directorio, comandado por José Antonio Echeverría, lo más probable es que el movimiento 26 de julio, dirigido por Fidel Castro, pasara a un segundo plano del protagonismo revolucionario.

Lo cierto es que el asalto al Palacio Presidencial, donde cayeron importantes líderes del Directorio Revolucionario, continúa siendo oscurecido por las pompas del régimen. Es notable la inexistencia de condecoraciones alegóricas al suceso.  Igualmente produjo recelos que la “Asamblea General del Poder Popular” ,a propuestas del general-presidente Raúl Castro, nombrara al año 2007 como “el año 48 del triunfo de la revolución”, en vez del 50 aniversario del Asalto al Palacio Presidencial, aniversario redondo, que muchos consideran debió haberse recordado.  Entretanto, el memorial dedicado a sus caídos en el cementerio de Colón, tiene la jardinería descuidada y la bandera izada en el monolito, está descolorida y deshecha.

Fidel Castro, dedicado, a tiempo completo, a narrar los hechos históricos de la lucha en la Sierra Maestra, también debería esclarecer con honestidad cómo y de dónde, “el genio tenebroso” de Barbarroja obtuvo las armas asociadas al asalto a Palacio.

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