Otra
vez la cárcel
Jorge Olivera Castillo. CUBANET
El
retorno del opositor José Daniel Ferrer a su hogar no parece estar entre los
planes inmediatos de las autoridades. Desde su arresto, ocurrido el 2 de abril,
lo mantienen detenido en el cuartel de la policía política en Santiago de Cuba,
en espera de un juicio por varios cargos, aun sin confirmación legal,
vinculados a su activismo a favor de un cambio pacífico hacia la democracia.
Descabezar
el movimiento que Ferrer logró articular con gran coraje y perseverancia, es
indudablemente el propósito de los represores. El temor a perder el control en
la segunda ciudad más importante de Cuba, explica la decisión del régimen.
El
gobierno sabe que en las calles está el germen de una revolución, siempre
frustrada en el pensamiento de miles de ciudadanos a causa del miedo, y José
Daniel había logrado avances en la
concientización de la población santiaguera respecto a la necesidad de vencer esa
barrera.
La
aparente determinación de llevar a prisión a los activistas más beligerantes,
se aleja del diseño represivo prevaleciente en los últimos tiempos, que parecía
limitarse al uso de los actos de repudio, las amenazas, las campañas de
desprestigio, las detenciones de corta duración y el arresto domiciliario,
antes que abrir procesos penales y condenar a prisión a los presuntos
infractores. En aras de la estabilidad, el gobierno parece estar dispuesto a
pagar el precio de posibles condenas internacionales por su actitud represiva.
Si
finalmente se realizan los procesos judiciales contra la docena de arrestados
en Santiago de Cuba, incluido José Daniel, quedaría demostrado que el respeto a
los derechos humanos no está contemplado dentro de los posibles cambios
planeados para Cuba. Esto, además de enviar una contundente y grave señal para
quienes han asumido posturas independientes dentro de la Isla, dejaría claro
que las directrices e implementación del cambio están, única y exclusivamente,
en manos de los comunistas.
Son
varios los factores que hacen posible al gobierno asumir esa actitud. Entre
ellos, la sofisticación de sus métodos de control y represión, los garrafales y
recurrentes fallos tácticos y estratégicos de la oposición y la fatalidad geopolítica
de que Cuba no sea una prioridad para los centros de poder mundial.
La
suerte de los detenidos en Santiago de Cuba en la ola represiva del 2 de
abril está a punto de sellarse. Si no
todos, es casi seguro que los más activos permanecerán tras las rejas por un
tiempo. Para mantenerlos encerrados, a la dictadura no le hace falta ni
siquiera realizar un juicio. No serían los primeros en estar más de un año en
la cárcel sin haber sido llevados ante un tribunal.
José
Daniel sería el primero del Grupo de los 75 que retorna a la prisión. Esta vez
lo condenarían por desorden público y otros delitos asociados a su lucha
política contra el totalitarismo.
En
la Primavera Negra, en marzo de 2003, él fue sancionado a 25 años y cumplió
algo más de 7. Permanecía en la calle bajo una Licencia Extrapenal por motivos
de Salud, un subterfugio jurídico que no anula la condena.
La
dictadura no parece estar dispuesta a ceder. Algunos de los que, como Ferrer,
han apostado por situarse fuera de los límites impuestos, tampoco, a pesar de
los riesgos.
El
destino de opositores y disidentes sigue marcado por cuatro alternativas: el
acoso sistemático, la cárcel, el destierro y la muerte. José Daniel soporta hoy
las terribles circunstancias de una prisión provisional, pero un peor desenlace
parece ensombrecer aún más su futuro.
José Daniel Ferrer
Activista
a favor de los derechos humanos y del cambio democrático en Cuba, José Ferrer
ha realizado una constante acción de oposición al régimen de los Castro fundada
dentro de los principios de la resistencia pacífica, decidiéndose por las
manifestaciones de calle.
En
2003, Ferrer fue uno de los represaliados por el régimen castrista en lo que
fue conocido como la Primavera Negra de Cuba, cuando 75 opositores y
periodistas independientes fueron aparatosamente detenidos, conducidos a prisión
y condenados por tribunales parcializados y a favor del gobierno.
Amnistía
Internacional declaró a los detenidos como prisioneros de conciencia, a los
cuales “no se los acusó de haber cometido
un delito común reconocible, pese a que las autoridades cubanas afirmaban que
eran agentes extranjeros cuyas actividades estaban poniendo en peligro la
independencia y la seguridad de Cuba. No se acusó a ninguno de ellos de espiar
ni de revelar secretos relativos a la seguridad del Estado, por ejemplo;
tampoco ninguno ocupaba un puesto de responsabilidad que le permitiera haber
podido acceder a información privilegiada. Cualquiera que fuera la razón de la
controversia del gobierno con Estados Unidos en relación con sus prácticas en
Cuba, todo indica, al revisar la información disponible, que la conducta por la
que se procesó a los disidentes no había sido violenta y que se ajustaba a los
parámetros del ejercicio legítimo de la libertad de expresión, asociación y
reunión con arreglo a las normas internacionales”.
Ferrer,
como destacó entonces un informe de Amnistía Internacional era “un
activo partidario del Proyecto Varela y coordinador regional del Movimiento
Cristiano Liberación en la provincia de Santiago”. De acuerdo con ese mismo
informe “José Daniel Ferrer fue condenado
a 25 años de cárcel. Según los informes, la fiscalía había solicitado que se le
impusiera la pena de muerte. Cumple su condena en la prisión de Kilo 5 ½, en
Pinar del Río, en el oeste de Cuba, aunque él vive y fue juzgado en Santiago de
Cuba, en el otro extremo de la isla”.
Al
producirse la excarcelación de los presos de la causa de los 75 por una
supuesta mediación del cardenal Jaime Ortega que incluía el destierro hacia
España, José Ferrer fue uno de los trece prisioneros de conciencia que se
opusieron a aceptar el destierro como condición para obtener su excarcelación.
Ferrer sería el último de los protestantes que sería excarcelado el 23 de Marzo
de 2011.
Tras
su excarcelación fundada sobre una figura penal denominada Licencia Extrapenal,
Ferrer fundó la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU).
El
pasado 2 de abril, la Seguridad del Estado procedió a la detención de Ferrer
junto a un numeroso grupo de opositores y Damas de Blanco, liberando pocos días
después fueron todos liberados con la excepción de Ferrer.
(Nota
de EL FANTASMA)
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