Para la toma de posesión

Domingo Fontiveros. EL UNIVERSAL

Quien triunfe en las primarias presidenciales de hoy domingo 12 de febrero de 2012, fecha que marca un acontecimiento en los anales políticos y democráticos del país, va a "tomar posesión" de la candidatura presidencial, probablemente el próximo martes 14. Este acto será trascendental para definir el rumbo político de la venidera campaña electoral, las nuevas responsabilidades en manos de quienes dirigen la organización del esfuerzo unitario, y las propuestas para abrir a los venezolanos un verdadero siglo XXI, que está lejos de haber llegado todavía a estos lares, con miras a las elecciones de octubre. Igualmente mostrará, en una primera versión, los quilates tanto de quien gane como de los otros cuatro precandidatos que permanecieron en el escenario del juicio electoral de oposición. (Lo que decimos aplica igual para los niveles regionales y locales).

No es sencillo fijar posición sobre aquellos tres aspectos neurálgicos en el marco unitario. Lo cual no demerita lo mucho avanzado en el último año. Aunque son imperativas nuevas precisiones dentro de lo necesario para afianzar los nuevos liderazgos a nivel estatal y municipal legitimados en las primarias, y reforzar la acción unitaria también en estos ámbitos.

Por ello es imprescindible definir una línea política hacia adentro de la unidad respecto al nuevo rol que desempeñará todo el universo candidatural respecto a las organizaciones políticas opositoras y de éstas respecto a los postulados unitarios. Porque no se trata tan solo de tener una línea política frente al gobierno, la cual por supuesto debe redefinirse en las nuevas circunstancias. Los celos y rivalidades deben ser temperados lo suficiente para sembrar la preponderancia de varios centenares de aspirantes unitarios frente al afán continuista y ventajista del gobierno.

La organización pluralista del esfuerzo de la MUD no puede sufrir mengua ante resultados donde inevitablemente habrá algunos ganadores y muchos perdedores. Porque en el contexto del rescate democrático que está en el fondo de todo este movimiento ya todos han quedado victoriosos frente al afán hegemónico que todavía, con más pena que gloria, se empeña en negar la entidad de las fuerzas democráticas que impregnan el sentir nacional. Es crucial, en este terreno, que el liderazgo emergente acepte con sencillez la preferencia ciudadana, sea reverente con ella y demuestre la fuerza e integridad requeridas para aglutinar más adhesiones en los meses que faltan para el nuevo juicio electoral.

Las propuestas al electorado son otro asunto crucial. Existe una miríada de problemas, desde vivienda, escuelas y hospitales, hasta empleo, inversiones y salario, pasando por seguridad, vialidad e inflación, que tienen que ser atendidos. Para lograrlo, hay que cambiar el modelo político y el modelo económico por otra combinación que nos acerque al ideario de libertad, igualdad y fraternidad que ha inspirado los grandes avances históricos de los últimos 250 años en todo el mundo.

Nos quedamos esperando que la "toma de posesión" sea también una "toma de posición" frente al país, en lo material y espiritual. Porque no sólo de pan se vive, aunque hasta la hostia en la Eucaristía sepa primero a pan y luego a gloria, como alguna vez discurrió Andrés Eloy Blanco.