Thursday, February 23, 2012

“...que se sepa que estamos unidos”. El castrismo y el Consejo de Iglesias de Cuba

Mario J. Viera
Esteban Lazo y los pastores hermanos
La frase fue pronunciada por Esteban Lazo, Vicepresidente del Consejo de Estado y miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba ante “un grupo de líderes y representantes de diferentes denominaciones religiosas y asociaciones fraternales cubanas” como apuntara el Granma.
Un encuentro fraternal, de compañeros de viaje, de amigos fieles y que todos los años se celebra. Encuentro que el Granma considera que “refleja la unidad del Gobierno cubano y las instituciones religiosas y asociaciones fraternales”. Algo así como la unidad del pueblo en torno al partido del que tanto cacarean los gerifaltes del poder y su prensa sometida y comprada.
Sonrisas, muchas sonrisas de los entregados al Señor y del representante del poder usurpado de Cuba. Allí, reporta el Granma, se reunieron con el representante de segunda categoría del PCC “líderes de las iglesias protestantes, evangélicas, ortodoxa rusa y griega; budistas, musulmanes, representantes de religiones de origen africano, centros espiritistas, la comunidad hebrea y de asociaciones fraternales, entre otras”; una extraña gama de credos religiosos inclinados ante el poder, con denominaciones religiosas exóticas y sin raíces en el imaginario religioso del cubano, como la iglesia ortodoxa rusa y griega o el Islam, que solo cuentan con cuatro gatos como fieles.
Cuanto se critica a la Iglesia católica de Cuba por ademanes de colaboración con el régimen de los Castro, en tanto se obvia la colaboración estrecha de estos grupos religiosos que se alían incondicionalmente a los dictados de los comunistas. Entre ellos se encuentran diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular; entre ellos, también, se encuentran voceros melosos del régimen.
“Líderes” religiosos que más que predicar la fe en Dios, Alá o cualquier otra deidad, predican entre sus fieles la fe en el castrismo y en la mal llamada revolución.
Lazo, el Tío Tom del castrismo, expuso su preocupación por el mundo en que vivimos hoy y se lamentó de que se trata de “un mundo donde cada día hay más pobres y la riqueza se concentra en manos de menos personas”, obviando, por supuesto, la realidad del mundo que viven los cubanos donde cada día hay más pobres y la riqueza se concentra en manos de menos personas, como él mismo, como Raúl Castro y su prole, como Fidel Castro y su progenie, como tantos generales convertidos en empresarios corporativos.
Ah, pero al fraternal encuentro no podía faltar la comisaria de asuntos religiosos, Caridad Diego que acuñó “que la formación y rescate de los valores nos interesa a todos”. ¿Cuáles valores? Esos valores en la mente de la comisaria no se corresponden con el civilismo, con el respeto a los derechos humanos, con el respeto a la opinión divergente, con la condena real y sincera a la corrupción que mina todas las estructuras del poder castrista. Los valores que a ella le importan son la sumisión al régimen, la delación, la apoteosis del tirano decadente y achacoso dedicado a publicar sus memorias y la voluntad de un grupo de facinerosos de mantenerse en el poder. Ante tales “valores” los religiosos que le acompañan afirman ¡Amén!
Dios perdone a todos esos pastores protestantes y evangélicos que pretenden encerrar en un mismo redil a todas sus ovejas para que al lobo le sea más fácil devorarlas. Tal vez este sea el mensaje subliminal de Esteban Lazo cuando afirmó en el encuentro: “Es bueno que se sepa que estamos unidos

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