¿... salvadores extranjeros?
Reproduzco un fragmento del libro de Gene Sharp sobre la resistencia pacífica y el tema de la colaboración internacional para la liberación de un pueblo oprimido por una dictadura.
Muchas personas que actualmente están padeciendo bajo una dictadura, o que han tenido que exilarse para escapar de sus garras, no creen que los oprimidos puedan por sí mismos. Ellos no esperan que su pueblo pueda ser liberado sino por la acción de otros. Ponen su confianza en las fuerzas extranjeras. Creen que solo una ayuda internacional puede ser lo bastante fuerte como para derribar a los dictadores.
Esa visión de que los oprimidos son incapaces de actuar eficazmente es algunas veces correcta por tiempo limitado. Como hemos apuntado, con frecuencia la población sometida no quiere la lucha, y está temporalmente incapacitada para ella, porque no tiene confianza en su propia capacidad de enfrentar la dictadura feroz, y no ve una manera razonable de salvarse por su propio esfuerzo. En consecuencia, no es extraño que confíe sus esperanzas de liberación a la acción de otros. Las fuerzas externas pueden ser: la “opinión pública”, las Naciones Unidas, un país en particular o sanciones internacionales económicas o políticas.
Una situación así puede parecer consoladora, pero existen graves problemas en cuanto a la confianza depositada en un salvador foráneo. Esa confianza puede estar puesta en un factor totalmente errado. Por lo general, no van a llegar salvadores extranjeros. Si interviene otro estado, probablemente no debe confiarse en él.
Hay unas cuantas ásperas realidades con respecto a esa confianza en la intervención extranjera que habría que destacar aquí.
* Con frecuencia los estados extranjeros tolerarán, o ayudarán inclusive, a la dictadura a fin de avanzar sus propios intereses económicos o políticos.
* Los estados extranjeros podrían estar dispuestos a vender al pueblo oprimido a cambio de otros objetivos, en lugar de mantener las promesas que le hicieran de ayudarlo en su liberación.
* Algunos estados extranjeros actuarán contra la dictadura, pero solo a fin de ganar para sí mismos el control económico, político y militar del país.
* Los estados extranjeros podrían involucrarse activamente para fines positivos solo cuando hubiere un movimiento interno que ya haya comenzado a sacudir a la dictadura y logrado que la acción internacional se enfoque sobre la índole brutal del gobierno.
Por lo general, la causa principal que explica la existencia de las dictaduras es la distribución interna del poder que existe en el país. La población y la sociedad son demasiado débiles para causarle un problema a la dictadura; la riqueza y el poder están concentrados en muy pocas manos. Aunque las acciones internacionales pueden beneficiar, o de alguna manera debilitar a las dictaduras, la continuación de esta depende primordialmente de factores internos.
Sin embargo, las presiones internacionales pueden ser muy útiles cuando apoyan un poderoso movimiento de resistencia interna. Entonces, por ejemplo, el boicot económico internacional, los embargos, la ruptura de relaciones diplomáticas, la expulsión del gobierno de organizaciones internacionales, la condena del mismo por algunos de los cuerpos de las Naciones Unidas y otros pasos semejantes, pueden contribuir grandemente. A pesar de todo, si no existe un fuerte movimiento de resistencia interna, tales acciones por parte de otros es poco probable que se den.
Encarando la dura verdad
La conclusión es dura. Cuando se quiere echar abajo una dictadura con la mayor efectividad y al menor costo, hay que emprender estas cuatro tareas:
1. Se debe fortalecer a la población oprimida en su determinación de luchar, en la confianza en sí misma y en sus actitudes para resistir;
2. Se debe fortalecer a los grupos sociales e instituciones independientes del pueblo oprimido;
3. Se debe crear una poderosa fuerza de resistencia interna; y
4. Se debe desarrollar un amplio y concienzudo plan estratégico global para la liberación, y ejecutarlo con destreza.
Una lucha de liberación es un tiempo en que el grupo que lucha adquiere confianza en sí mismo y se fortalece internamente. Charles Stewart Parnell, durante la campaña de huelga de los rentatarios en Irlanda, 1879-1880, dijo:
No vale la pena confiar en el gobierno (...) Debéis confiar solo en vuestra propia determinación (...) Ayudaos a vosotros mismos apoyándoos los unos a los otros (...) Fortaleced a los más débiles de entre vosotros (...) Agrupaos y organizaos (...) y ganaréis...
Cuando hayáis madurado las condiciones para que este asunto se resuelva, entonces ─ y nunca antes de ese momento ─ se resolverá.
Confrontada con una fuerza firme y confiada en sí misma, con una estrategia concienzuda y de genuina solidez, la dictadura eventualmente se desmoronará. Estos cuatro requisitos tendrán que ser de algún modo satisfechos siquiera en un mínimo nivel.
Como lo indican estos argumentos, el liberarse de las dictaduras, en última instancia, depende de la capacidad que la gente tenga de liberarse a sí misma. Los casos antes mencionados en que el desafío político ─ o la lucha no violenta con fines políticos ─ ha tenido éxito, sugieren que sí existen los medios para que la población se libere a sí misma...
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