Francisco Rivero Valera. EL UNIVERSAL
¿Usted ha visto la película Su Excelencia, con Cantinflas?
Es una película mexicana de 1967.
El actor principal es Mario Moreno Cantinflas, en el papel de embajador de un pequeño país que, al final, tiene en sus manos el voto que falta para decidir entre 2 proyectos políticos de 2 grandes países.
El final de la película es histórico: un discurso humanista, filosófico y pacifista. Y, lo más interesante: un discurso con vigencia en el pasado, y con vigencia en el siglo XXI.
Y con la historia del voto decisivo, que se repite.
Por ejemplo:
-El 17 de enero del 1793, el rey Luis XVI fue sentenciado a la pena de muerte en la guillotina por la Convención Francesa, por 1 voto de diferencia.
-El 27-5-2011, el Presidente José Luis Zapatero logró imponer el Plan de ajustes en el Parlamento español, por 1 voto.
-El 01-09-2011, la Unión Cívica Radical o UCR de Argentina, logró mayoría de diputados en las elecciones del Concejo Deliberante de Mendoza, por 1 voto.
-El 29-09-2011, en la ONU faltaba 1 voto en el Consejo de Seguridad para la creación del Estado Palestino. Según su embajador Riyad-al-Maki, 8 de los 9 países miembros apoyaban la propuesta. O sea, faltaba 1 voto para decidir la vida y futuro de una nación de millones de personas.
-Y, en Venezuela, un hecho insólito e histórico: al final de su primer mandato, el presidente Carlos Andrés Pérez fue acusado de corrupción en el Congreso Nacional, por el caso Sierra Nevada. Salió absuelto de ser condenado políticamente, por 1 solo voto: el de José Vicente Rangel.
Como consecuencia de ese voto, Pérez continuó su carrera política y logró un segundo periodo presidencial en 1989, la debacle del sistema democrático, el Caracazo y los golpes de Estado que ocasionaron la muerte de muchos venezolanos. Y la instalación de este catastrófico gobierno chavista de 13 años.
José Vicente, mientras tanto, responsable de aquel voto histórico, con la cara bien lavada, ha continuado como que si nada hubiera pasado: como Ministro de Relaciones Exteriores, Ministro de la Defensa y Vicepresidente de Chávez. Y dando consejos por televisión. Aunque usted no lo crea.
Y así, sucesivamente.
Esto quiere decir que un voto tiene poder.
El voto es capaz de cambiar la historia de una persona, de una institución o de un país.
Define el destino de una nación con base en la elección de gobernantes capaces de aplicar proyectos que beneficien al individuo y al colectivo en salud, educación, economía, justicia, derechos humanos y valores morales.
El voto permite expresar la opinión personal sobre la aceptación o el rechazo a la gestión de los gobernantes.
Y si usamos ese voto, estaremos decidiendo nuestro futuro. Si no lo usamos, otros estarán decidiendo por nosotros.
En la Venezuela de hoy, solo el 50% de los ciudadanos inscritos acuden a votar. O, volteando la tortilla: la mitad de los electores inscritos no acuden a votar. Por 3 razones:
-No creen en el CNE: 79,2%,
-piensa que todo va a seguir igual: 11.9%,
-no responde: 8.9%. Encuesta CECA.
O sea, la mitad de electores votantes decide el futuro de todos.
Pero, esta vez, piénselo bien. Si usted vota o no vota, en el 2012 se decide el futuro de todos los venezolanos: libertad y democracia o profundización del comunismo.
Por mi parte, pienso usar todo el poder de mi voto para hacer la diferencia, no de un voto sino de millones de votos por la libertad y la democracia.
Amén.
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