Mario J. Viera
El artista ecuatoriano Christian Loor ahora detenido en Italia
Las valijas diplomáticas son cosas bien serias. En esas valijas van todas las comunicaciones oficiales de un Estado a sus representante en el extranjero y cruzan las aduanas sin ser revisadas al amparo de los acuerdos de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961. Solo tienen acceso a las mismas los altos funcionarios de la Cancillería remitente por cuestión de seguridad nacional y del secreto diplomático. No pueden abrirse ni retenerse.
¡Vaya sorpresa que se llevó la policía de Milán cuando descubrió que en la valija diplomática del Ecuador había, nada más y nada menos que 40 kilos de cocaína! ¿Quién carajo habrá metido esa carga dentro de la valija? No, no fue en la cancillería, asegura el ministro ecuatoriano de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño, ¡Coño, si ese incidente le “ha sorprendido y disgustado”! No puede ser, no puede ser, si en Quito todo el envío se inspeccionó antes de su salida por la agencia de drogas que empleó para la revisión a perros antidrogas. Pero en Italia se encontró la droga.
La cocaína estaba oculta en ocho cajas de las diez que, según Patiño, contenían “muestras de los auspiciantes y material promocional de la obra” del artista local Cristian Loor quien había solicitado la colaboración de la Cancillería ecuatoriana para enviar a Italia el material necesario para una obra de teatro supuestamente con la intención de promover el turismo en Ecuador, crear conciencia sobre las islas Galápagos e integrar a jóvenes a la sociedad italiana donde por once años reside el artista. De las dos detenciones que se han producido en Italia por el alijo diplomático de drogas uno de ellos es el propio Loor.
Lo extraño de todo esto es que el gobierno de Ecuador ya estaba enterado del incidente desde el 18 de enero cuando se recibiera una llamada de la misión diplomática ecuatoriana en Italia y solo ahora se informa de los hechos. ¿Será porque se está haciendo una investigación o porque ya no se puede ocultar el paquetico?
Explicación: Si la valija fue rigurosamente inspeccionada antes de la salida del país, entonces “alguien”, como diría el ministro Patiño, tiene que haber introducido subrepticiamente la droga ─ ¡40 kilos! ─ durante “una parada intermedia en algún país, no nos explicamos más que en el camino alguien hizo una apertura de la valija y haya podido introducir la droga”. Parece ser que cualquiera tiene acceso al compartimiento de un avión donde se guarda toda la correspondencia diplomática de un país, cargando con un buen paquete de drogas y con suficiente tiempo para abrir la valija e introducir, en ocho cajas de las diez que contenía, el polvo blanco, y luego marcharse tranquilamente sin que nadie notara que los sellos del correo diplomático habían sido quebrados.
Quien quiera creerle a Patiño está libre de hacerlo. Yo tengo mis dudas, pienso que el distinguido ministro sabe más de cuatro cosas sobre el asunto y no dudo que ya el magnífico Correa esté elucubrando como cargarle el muerto a la CIA y al Imperialismo yanqui por lo que todas luces no es más que una nueva forma del quehacer diplomático, la narcodiplomacia.
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