Monday, February 6, 2012

El alucinante Arenas

Luis Cino Alvarez

Arroyo Naranjo, La Habana (PD) Confieso que hasta hace poco tiempo fui de los que pensaba que la relevancia de la obra de Reinaldo Arenas se debió más al contexto en que la produjo a trompicones ─ una dictadura excluyente, intolerante y homofóbica hasta extremos patológicos ─ que a sus méritos literarios, que ciertamente no eran pocos.
Luego de leer, con treinta y tantos años de retraso – en Cuba, conseguir un libro censurado es todo un prodigio ─, "El mundo alucinante", me convencí de que Reinaldo Arenas, con semejante libro, de haberlo escrito unos años antes y haber logrado sacar clandestinamente el manuscrito del país ─ como en definitiva tuvo que hacer a mediados de los años 70, a través de unos amigos franceses, con los esbirros de la policía política pisándole los talones ─ perfectamente pudo haber figurado en el boom de la narrativa latinoamericana de los años 60.
En el libro, inspirado en la vida de Servando Teresa de Mier (1765-1827), un fraile dominico que luchó por la independencia de México, hay derroche de imaginación, pero sobre todo, un estridente canto libertario. Particularmente, el delirante capítulo del encadenamiento del fraile en la prisión Los Toribios.
Sólo un perseguido por una monstruosa maquinaria represiva que aniquila todas las libertades podía ser capaz de hiperbolizar sus horrores y burlarse de ellos de la manera que hizo Arenas en "El mundo alucinante". Hay que reconocer que no estaban errados los comisarios y los censores cuando consideraron que era un libro ideológicamente peligroso. Si algo aprendieron los censores a hacer bien fue a interpretar alegorías y rastrear alusiones incorrectas, por mucho que los autores intentaran disfrazarlas. Bastante habían tenido con las insinuaciones homoeróticas en "Celestino antes del alba" para asimilar también las andanzas de un monje enfrentado a la tiranía con cada célula de su cuerpo encadenado.
Pero esto nos lleva de nuevo al principio. ¿Sin dictadura, persecución, cárcel y exilio, estaría Reinaldo Arenas en el lugar que hoy ocupa? Definitivamente, sí. Originalidad, técnica, emoción y universalidad, no le faltaban. ¿Se imaginan si hubiera podido escribir en condiciones de normalidad?
Ya sé que todo artista es fruto de su tiempo y sus circunstancias. De acuerdo. Pero Dostoievsky hubiera escrito "Crimen y castigo", con muy pocas diferencias y aunque Raskolnikov se nombrara de otro modo, lo mismo en la Rusia zarista que en la Inglaterra victoriana.
En vez de su autobiografía "Antes que anochezca", un verdadero ajuste de cuentas al régimen castrista y los seres mitad monstruos y mitad víctimas que ha parido, Reinaldo Arenas pudo haber escrito, en otras circunstancias más normales, narraciones igualmente delirantes. Sólo que sin redadas policiales, chivatos, simuladores, bribones, maricones cazadores de reclutas en trenes, playas y baños públicos y multitudes que se lanzan al mar para escapar de una isla-presidio. Sólo que me temo que en ese caso, echaríamos de menos el poderoso canto a la libertad humana que sólo pueden entonar, a voz en cuello, ciertas alucinadas víctimas de las dictaduras.

No comments:

Post a Comment