Friday, February 3, 2012

Falklands forever

Julio Antonio Aleaga Pesant

Port Stanley, Islas Falkland
El Vedado, La Habana, (PD) No es retórica cansada. Ante los problemas internos, los gobiernos populistas buscan solución en preocupaciones externas.
El gobierno de la Argentina de ahora, al igual que durante el Proceso de Reorganización Nacional (dictadura militar), vuelve a agitar el tema de la soberanía de las islas Falklands para movilizar a la población y al continente en apoyo del apetito colonial del imperialismo tardío del Rio de La Plata.
La presidenta Cristina Fernández, tan populista como su ex marido, el ex Presidente y ya fallecido Néstor Kirchner, a treinta años de la derrota argentina por las tropas británicas, tras la invasión de las Falklands, agita el tema y arrastra tras sí a la perentoria clase política del sur del continente, que en el marco de su organización regional de moda, impuso sanción a todos los barcos con bandera de las ínsulas en litigio.
Pero Argentina no tiene legitimidad sobre el territorio. Ni histórica, ya que nunca las ocupo. Ni militar, porque cuando intentó hacerlo, fue desalojada vergonzosamente. Ni poblacional, porque la escasa población de las Falklands prefiere estar bajo la corona británica y si llegase el caso, es muy poco probable que opte por la independencia.
En la década del setenta del siglo XX, el Foreign Office consideró a las Falckland un problema en la estabilización de sus relaciones con América Latina, y aunque propuso su entrega en arriendo (soberanía argentina temporal con la expectativa de la entrega al final del mismo), los falklandeses rechazaron tajantemente la propuesta.
La Fernández, émula del general Leopoldo Galtieri, uno de los “presidentes” durante los negros años de la dictadura militar, al retomar la ofensiva sobre el par de islas, aisladas en medio del Atlántico Sur, es movida por la visión colonial que las considera territorio irredento. Además dominar los territorios adyacentes a la Antártida puede otorgar derechos sobre este continente en futuras negociaciones relacionadas con el mismo. También, el control del archipiélago entrega una posición estratégica sobre el cruce austral, el tráfico marítimo y el aprovechamiento de los inmensos recursos naturales, pesqueros y petrolíferos.
No es algo nuevo, el imperialismo argentino en las últimas décadas no sólo intentó infructuosamente ocupar las Falkland, también el Canal de Beagle (de Chile) o el reciente caso de las papeleras en la frontera con Uruguay. Sin hablar de escaramuzas contra Bolivia, Paraguay y Brasil, la otra sub-potencia regional.
Pero no pasemos la página. La tendencia a la venganza ─ que no a la justicia ─ que mueve a la clase política argentina, estimulada por las Abuelas de la Plaza de Mayo, contra los responsables de los crímenes de la dictadura, se proyecta sobre el treinta aniversario de la infructuosa invasión argentina, el próximo 1 de abril. Pero un claro mensaje tienen los pobladores de las islas a los nuevos invasores: Falklands Forever.

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