Alberto Franceschi. EL INFORME.com
Hace unos meses escribí sobre: “La Carbonería Oligárquica”, cuando empezaban en firme los amoríos del gobierno del Señor Santos con el Comandante que dirige nuestra nación ahora convertida en republiqueta y satrapía castrista.
El terrible pronóstico fundamental que esgrimí entonces, es que el Presidente de Colombia, no solo contrariando a la posición firme de Uribe, nos vendía el alma por los intereses comerciales, sino que su propósito era también lanzar un nuevo proceso de negociación con las FARC, teniendo a Chávez y a la cúpula chavista de la FFAA como facilitadores, usando el territorio venezolano.
Pues bien, henos aquí entonces, con una cúpula militar dispuesta a servir a los intereses de la FARC y del señor Chávez, para que éste a su vez facilite las apuestas del narco terrorismo colombiano, legalizando la presencia masiva de las FARC en nuestras zonas de frontera.
Solo cómplices no denuncian, que desde hace años los narcoterroristas cobran sus impuestos (vacunas) y nos tienen como aliviadero y zona de negocios, rehabilitación de sus heridos, también para su diplomacia, y sobre todo para su colosal tráfico de drogas, con complicidades enormes en esferas oficiales.
Son estas denuncias las que llevaron a los USA a colocar en la lista de responsables indiciados a varios de la cúpula castrense chavista y en particular al ahora ministro de defensa.
El plan es de una sencillez escalofriante: Santos no puede repetir, en territorio colombiano, lo de la “zona de despeje de El Caguán” como se hizo bajo el gobierno del Presidente Andrés Pastrana en beneficio del entonces jefe de los bandoleros “Tiro Fijo” y sus miles de guerrilleros.
Ahora en el nuevo plan que se discute, se utilizaría a Venezuela como “zona de despeje”, donde están los grandes campamentos de las FARC que denunció Uribe en la OEA y que Santos negó hace meses, para aligerar la carga de los pasivos de Chávez contra la hermana república.
Es público y notorio, según viejas y nuevas denuncias, que al ahora ministro de defensa, nombrado por Chávez hace pocos días, se le presume intima amistad con (alias) Timochenko, el nuevo jefe de las FARC, luego que las FFAA colombianas le han cepilladlo a los tres sucesores de Manuel Marulanda alias Tiro Fijo, que fueron Raúl Reyes, por cuya muerte Chávez quiso hasta llevarnos a una guerra con Colombia, el Mono JOJOI cuya muerte le arrancó lágrimas a sabaneitor y Ortega Cano, liquidado hace poco, quien fue sustituido por Timochenko. Este último, según entendidos, se encuentra operando desde Venezuela, bajo la protección del alto gobierno.
Encontrarán entonces sentido, y explicación, muchos por primera vez, sobre lo de “El mejor Nuevo Amigo de Santos”, la indignación de Álvaro Uribe, con su protegido Santos, que usó todo su prestigio para elegirse y que ahora hace lo contrario a su línea de terminar de liquidar a las FARC, sin hacerle las concesiones, que seguramente si obtendrían con Santos, vía Chávez su protector.
¿Vieron a las FARC activa y en tributo a su nueva línea de acuerdos (FARC- Chávez- Santos) soltando 4 rehenes, de los centenares que criminalmente retiene desde hace hasta 10 años?
Están armando el tinglado para hacer de Chávez “un gran pacifista y hombre de equilibrio de la geopolítica regional”, como ya lo declaró Santos hace un par de meses.
Se los resumo: SANTOS ESTA EN CAMPAÑA ELECTORAL POR CHAVEZ, que le garantizaría, de ser reelecto, mediar y usar a Venezuela en el proceso que lleve al grueso de la guerrilla FARC a desmovilizarse y sin entregar sus armas, recibir oficialmente zonas de Colombia en propiedad y usufructo de explotación, sobre todo para los jefes y conmilitones de bandas de los llamados frentes, según la vieja práctica histórica de los “señores de la guerra” amos de vidas y bienes de su comarca.
El único candidato venezolano que entendió cabalmente esta nueva etapa de complicidades en la diplomacia colombo venezolana, y que además viene denunciando este proceso, es Diego Arria, no por azar amigo del ex presidente Uribe y acusador del papel de la cúpula militar venezolana en la complicidad con el narcoterrorismo de las FARC, ante el Tribunal Penal Internacional de la Haya.
Por eso le temen a la candidatura de Diego Arria, quien de ganar en Febrero y Octubre, destituiría toda la cúpula pro-FARC de las FAB, expulsaría las FARC y a los miles de soplones castristas de Venezuela, e iniciaría una política de rescate de la soberanía real.
Dejaríamos así de ser rehenes de los cálculos de la diplomacia política y militar de Colombia, que en manos de Santos prefiere remacharnos al gobierno de Chávez, a cambio de ellos salir ganando, utilizando la estupidez ideológica del alto gobierno chavista, atado a los destinos del bandolerismo narco colombiano.
La conjura Santos Chávez, es contra Uribe, y contra todos lo que no marchamos como furgón de cola de los intereses del moribundo régimen castrista y sus compinches venezolanos, que lo mantienen en vida vegetal, con por lo menos 20 millones de dólares diarios, sustraídos a la solución de las calamidades cotidianas de los venezolanos.
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