Saturday, May 5, 2012


En nombre de la convivencia

Roland J. Behar. EL NUEVO HERALD

Cualquier día pueden encontrarse en la prensa occidental bromas o críticas contra el cristianismo o el judaísmo. Nadie es amonestado, encarcelado, mutilado o asesinado. Cuando se bloquean calles de importantes ciudades a la hora de los 5 rezos diarios de acuerdo al Corán, nada ocurre, no hay arrestos y los educados occidentales esperan respetuosamente a que terminen. Sin embargo, la prensa occidental oculta, por temor o desidia, noticias que afectan la vida de cristianos en diferentes partes del mundo.

Raymond Ibrahim, quien pertenece al Centro de Libertad David Horowitz (David Horowitz Freedom Center) a través de sus vínculos con la Asociación Shillman y quien, además, participa del Forum del Medio Oriente, recién publicó un revelador artículo sobre incidentes ocurridos en diferentes partes del mundo. Presentaré, a continuación, algunas de estas pavorosas historias.

En el pasado mes de marzo, la más alta autoridad de la ley islámica de Arabia Saudita decretó que las iglesias de la región deben ser destruidas; los Jihadistas en Nigeria, dijeron que “van a poner en acción nuevos esfuerzos para infundir miedo en los cristianos, secuestrando a sus mujeres”; maestros estadounidenses han sido asesinados en la zona por hablar sobre cristianismo; ha habido iglesias prohibidas y bombardeadas, han aterrorizado a las monjas turbas musulmanas cuchillo en mano. Los cristianos así como los musulmanes convertidos al cristianismo siguen siendo atacados, arrestados, encarcelados y asesinados supuestamente por “blasfemar” del profeta Mahoma.

Raymond Ibrahim también aporta los siguientes ejemplos específicos:

Egipto: Un cristiano es acusado de insultar al Islam y a Mahoma. Por ello fue sentenciado a seis años de prisión. A pesar de que la “difamación de la religión” es un delito, que se castiga con pena de prisión de un mes a tres años, el juez duplicó la pena para apaciguar a una furiosa turba de 2,500 que aterrorizó a la sala del tribunal, exigiendo la muerte del cristiano.

 India: Una joven mujer fue agredida y expulsada de su casa “por atreverse a dar gracias en nombre de Cristo por la curación recibida”. Sucedió en un pueblo de mayoría musulmana. Incluso, sus padres participaron en la paliza, dejando a la muchacha inconsciente.

Irak: Un maestro estadounidense fue asesinado a tiros por un estudiante de 18 años en una academia cristiana. Sus amigos en Washington dijeron que él “era un cristiano devoto que elogiaba el cristianismo y oraba en el aula y que la posibilidad de evangelizar fue su motivación al irse a enseñar en Irak”. De acuerdo con los estudiantes, “las manos del maestro aún estaban juntas para la oración cuando cayó doblado por las balas”.

Pakistán: Una multitud de musulmanes atacó a una cristiana de 60 años, quien se había convertido al Islam, y quien seis meses más tarde regresó a la cristiandad. Como consecuencia, fue torturada, le hicieron desfilar por las calles, con la cabeza rapada y con guirnaldas de zapatos colgadas al cuello. Las amenazas de “consecuencias nefastas” de clérigos islámicos la obligaron a huir de la región con su familia.

 Yemen: Hombres vinculados a Al Qaida dispararon e hirieron fatalmente a un profesor norteamericano. Luego, con el mayor alarde de impunidad, transmitieron un comunicado que decía: “Esta operación es una respuesta a la campaña de proselitismo cristiano que Occidente ha puesto en marcha contra los musulmanes”. Todo sucedió un domingo.

En Belén, bajo la jurisdicción de la Autoridad Palestina, una semana después de que el primer ministro Mahmud Abbas dijera en una audiencia privada con evangelistas que su gobierno respetaría los derechos de sus minorías cristianas, la AP declaró ilegal una iglesia bautista, aduciendo que los certificados de nacimiento, boda y muerte no eran válidos. Un pastor local señaló que “la animosidad contra la minoría cristiana en las zonas controladas por la Autoridad Palestina sigue siendo cada vez peor, lo que ha provocado el éxodo de los mismos hacia otras regiones”.

En fin, como en todas las relaciones exitosas, ambas partes deben respetarse y tolerar sus diferencias. Hasta ahora las relaciones entre cristianos y judíos y su contraparte islámica no apuntan a ser así donde esta última tiene la mayoría, o un número suficientemente considerable, como en el caso de algunas ciudades europeas donde ya imponen su criterio a como dé lugar.

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