Obama, Romney y los teléfonos
Sabina Covo. EL
NUEVO HERALD
Varias
encuestas esta semana muestran una vez más que de aquí a noviembre veremos
encuestas por doquier con diferentes números, mostrando distintos matices
electorales dependiendo del estado. Esta semana se publicó una encuesta de la
firma Quinnipiac que muestra al candidato republicano Mitt Romney ganando en la
Florida, y al día siguiente se publicó otra de la NBC/ Marist que muestra al
presidente Barack Obama ganando en el mismo estado. Ambas, con muy poca
diferencia, un empate virtual si tenemos en cuenta el margen de error. Pero me
atrevo a asegurar que hay una variable en la edad de los votantes que pudiera
marcar, una vez más, la diferencia en estas elecciones.
Si
los jóvenes salen a votar, la ventaja podría ser de Obama. No solo porque apoya
dar más oportunidades a los jóvenes por medio de nuevas industrias como la
energía renovable e incentivos a empresas nuevas y un alivio en los costos de
los préstamos universitarios, sino porque Romney básicamente no les está
ofreciendo nada concreto, aparte de pedirles que estudien en el college más
barato que encuentren pidiendo prestado a un banco (un grave problema que se ha
convertido en un negocio), y si el banco no les presta, a los padres (como si
todos los jóvenes de este país tuvieran padres que puedan prestarles para los
estudios universitarios). Además, los fundamentos del Partido Demócrata son
afines con muchos jóvenes de hoy (combatir el cambio climático y la contaminación,
poder tomar pastillas anticonceptivas, avanzar hacia un futuro evolucionando
los valores del ser humano, poder estudiar a un precio asequible sin
endeudarnos, tener seguro de salud, entre otros).
La
encuesta de NBC/ Marist muestra un patrón muy interesante y es que los que
fueron encuestados por celular votarían en su mayoría por Obama, y los que
fueron encuestados por teléfono fijo votarían en su mayoría por Romney. Los
números: 48 por ciento a 45 por ciento (en la Florida) por teléfono fijo. Y por
celular: Obama 57 por ciento a 34 por ciento. No es un misterio que la mayoría
de los jóvenes no tienen teléfono fijo en su casa porque prefieren pagar el
móvil y no tener cargos adicionales. Y tampoco es misterio que a mucha gente
mayor le disgusta hablar por celular desde la casa.
Pero
el problema grave para el presidente Obama está en que estos jóvenes salgan a
votar, ya que hay muchos decepcionados con los temas que les afectan que van
más allá de sus casi cuatro años de presidencia: los préstamos estudiantiles
que han sido un negocio por décadas y están a punto de explotar como la burbuja
inmobiliaria, la incapacidad para muchos egresados en algunas carreras de
conseguir empleo en Estados Unidos después de graduarse de la universidad,
porque las empresas ya no están operando en este país, sino en China y otros, y
los altos costos de la universidad, que superan las posibilidades de estudio de
los recién graduados de la secundaria.
Sin
duda, el carácter variable de la cultura de este país, los vaivenes de la
economía y la dependencia de la crisis europea, y la gente y sus pasiones
(dependiendo de su edad) irán marcando el camino hasta el momento de la verdad,
cuando los estadounidenses tendrán que elegir al próximo presidente. Pero la
economía marcará la pauta final porque la marcha de la economía, esté o no bajo
el control absoluto del mandatario, siempre se le atribuye al presidente. La
pregunta del millón la hacía USA Today
en un artículo en el que le preguntaban a la gente cuál era su economía. Y ahí
esta la variante, y entran en juego una vez más las edades, lo que necesita
cada cual: ¿trabajo? ¿Futuro?
¿Educación? Y oportunidad.
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