Mario J. Viera
"Alístense porque les voy a mandar un decreto de eso". Así conminó Don Porfirio Lobo durante la apertura de la tercera legislatura del Congreso hondureño. El decreto “de eso” es una propuesta legislativa que quiere impulsar para regular la libertad de prensa.
Lobo que ha estado coqueteando con el payaso de Miraflores ya va asomando las mañas de los bolivarianos en cuanto al control del periodismo. Lo mismo que Correa ya está hablando de los supuestos intereses que se ocultan detrás de alguna empresa periodística: "Si yo agarro un periódico, estoy asumiendo que me están diciendo la verdad ─ afirmó en un foro del Canal 10 ─. No asume el lector que es que el dueño del periódico es dueño de una empresa que quiere que le den un contrato y para lograr un contrato tiene que tomar una línea".
Le molesta que la prensa le saque los trapos sucios de la corrupción en su gobierno, le inquieta que la prensa denuncie la escalada de violencia que se vive en Honduras ante la escasa energía gubernamental para ponerle coto. Hay que regular el ejercicio de la libertad de opinión porque, quizá, las denuncias que plantea el periodismo estén animadas por intereses económicos; un pretexto de muchos gobernantes que quieren tener manos libres para gobernar a como le dé su realísima gana.
No obstante, Lobo hizo un reconocimiento a la labor periodística: “Quiero agradecer a los miembros de la prensa. A veces no lo digo porque me da pena, pero es una gran labor la que hacen”, aunque implícito ese reconocimiento, el diario LA PRENSA dice en editorial del viernes: “Tras el reconocimiento de la labor periodística, aunque sea implícito, (...) la advertencia, con cariz de velada amenaza, en el Congreso Nacional renacen posiciones ambiguas, cuyas dimensiones se llegan a conocer totalmente cuando se presentan como hechos consumados”
Tal vez sea cierta la queja del comunista Pascual Serrano que puede haber muchos medios que “mienten constantemente, manipulan, insultan, desprestigian y destrozan prestigios y trayectorias de quien se les ponga en su camino” ─ algo que es característica de la prensa zurda de regímenes como los de Chávez, de Correa y de los Castro ─, es el público lector el que puede sancionarles y no se requiere de leyes que pretendan controlar el ejercicio del periodismo por mucho que sea amarillista, reaccionaria o súper izquierdista la política editorial de un medio dado.
Con el pretexto de controlar el “periodismo irresponsable” se cae en el control de toda la prensa escrita que critique y fiscalice a los poderes públicos y se establecen las condiciones para la censura de la libre opinión. Es el paraíso de los gobiernos autoritarios y de los caudillos, de izquierda o derecha, que imponen sus poderes totalitarios.
El presidente del Colegio de Periodistas, Elán Reyes vislumbra en el proyecto propuesto por Lobo como un correazo que pretende dar en Honduras: “Aparentemente ─ expresó Reyes ─ Lobo trata de seguir los pasos de su colega ecuatoriano Rafael Correa, que mantiene intimidado a los periodistas y dueños de los medios de comunicación de su país a través de diversas leyes que atentan contra la libertad de informar”.
Sí, Lobo está enseñándole los colmillos al periodismo independiente. La razón de este intento de “regular” a los medios, en opinión de Reyes es que los medios de comunicación “están haciéndole señalamientos puntuales que tienen que ver con el fracaso de su Gobierno en dos puntos trascendentales, el desempleo y la inseguridad, y esto molesta al Presidente y le complica su administración”.
Es la propia prensa sobre bases éticas la encargada de autorregularse; así lo entiende el presidente del Colegio de Periodistas: “Aquí en Honduras, lo que necesitamos, y lo hemos planteado desde siempre a través de distintas instituciones, es que los medios de comunicación debemos tomar las propias medidas de autorregulación”.
Honduras es uno de los países más peligrosos para el ejercicio del periodismo sin autocensura: “En Honduras hay temas que no se pueden tocar en los medios de comunicación, como los del narcotráfico y el crimen organizado”, explicó Elán Reyes.
No es gratuita la preocupación del periodismo hondureño ante el proyecto de Lobo, cuando el 13 de diciembre, según comunicó Radio Nederland unas veinte mujeres periodistas fueron violentamente reprimidas por los militares que custodian Casa Presidencial. Más de una veintena de periodistas han perdido la vida a manos de sicarios del crimen organizado y del narcotráfico. Lobo ante el fracaso de su política de seguridad tuvo que reconocer los hechos delictivos en contra de los comunicadores como expresara el pasado mes de noviembre: “En lo que estamos aplazados y que no hemos resuelto, es la muerte de periodistas”.
Tal vez ahora esté apresurándose para matar al periodismo libre por medio de una nueva Ley Mordaza a la catracha.
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