Pedro Riera Escalante con su esposa en Oviedo, Asturias |
Wilfredo Cancio Isla. CAFÉ FUERTE
El ex diplomático y oficial retirado de inteligencia Pedro Aníbal Riera Escalante, víctima de un escandaloso caso de secuestro y deportación en México en el 2000, consiguió abandonar la isla y se encuentra actualmente en España.
“El primer sorprendido fui yo y todavía me cuesta trabajo creerlo”, comentó Riera en conversación telefónica con CaféFuerte. “Hasta el momento de la salida estuve en tensión y hasta hubo una medida de hostigamiento durante la revisión de los equipajes en el aeropuerto de La Habana… Fue una despedida amarga”.
Riera, de 60 años, llegó a Oviedo, Asturias, el pasado 19 de diciembre, acompañado de su esposa, Daisy Hernández Castro, quien obtuvo la ciudadanía española mediante la Ley de Memoria Histórica. El viaje se realizó por razones de reunificación familiar.
Familia de abolengo comunista
Integrante de una familia protagónica en la vida política y militar del país, Riera es sobrino de Aníbal y César Escalante, patriarcas del Partido Socialista Popular (PSP) -antiguo partido comunista- y primo del general Fabián Escalante Font, ex viceministro del Ministerio del Interior (MININT).
Su caso cobró resonancia internacional cuando el 3 de octubre del 2000 fue secuestrado en plena vía pública en la Ciudad de México y devuelto forzosamente a La Habana, en violación de las garantías establecidas por los tratados y convenciones internacionales. En ese momento, Riera se encontraba en proceso de solicitud de refugio político.
Tras permanecer incomunicado por 126 días en una celda de Villa Marista, sede de la Seguridad del Estado cubana, fue juzgado y condenado a cinco años de cárcel bajo acusaciones de salida ilegal, soborno y falsificación de documentos. Tras cumplir la sanción comenzó otro duro capítulo de sobrevivencia en medio del acoso y control gubernamental sobre su persona.
La salida rumbo a España fue el peldaño final de una larga batalla por obtener el permiso de las autoridades cubanas para emigrar, y que incluyó cartas públicas al ministro del Interior, Abelardo Colomé Ibarra, y gestiones ante el Cardenal Jaime Ortega Alamino, arzobispo de La Habana.
“En agosto del 2010 me habían negado la salida y yo inicié una reclamación a la Jefatura de Control Interno del MININT para que me dijeran si tenía algún proceso pendiente”, contó. “Me confirmaron que no, y el pasado mayo me comunicaron que me autorizaban a viajar al exterior”.
Un libro peligroso
Riera considera que la decisión gubernamental de liberarlo se debió a las circunstancias de la excarcelación de otros prisioneros con largas condenas durante el pasado año, y el hecho de que el valor de la información inteligencia ha caducado.
“Si ya han dejado salir hasta prisioneros que cumplían condena por causas violentas, no darme el permiso de salida era concederme demasiada relevancia”, opinó. “Creo que ha pasado ya demasiado tiempo”.
Pero a pesar del paso del tiempo, Riera conserva todavía muchas vivencias que pueden resultar comprometedoras no sólo para el gobierno cubano, sino también para políticos y personalidades en México. Un libro testimonial contando sus experiencias como oficial de operaciones contra la CIA en territorio mexicano, su colaboración cercana con Phillip Agee (1935-2008) y su misión para penetrar el gobierno y los partidos mexicanos, está a buen resguardo y quedaría listo para publicarse en el curso de este año.
“El valor que tiene el libro para la opinión pública es mostrar como operaba el servicio cubano de inteligencia en México”, manifestó Riera, que alcanzó grados de mayor dentro de la Dirección General de Inteligencia (DGI). “Tuve a cargo el trabajo de penetración de la inteligencia en el propio gobierno mexicano y en el PRI (Partido Revolucionario Institucional)”.
Se le considera responsable del reclutamiento de unos 150 informantes mexicanos, entre ellos políticos y empresarios.
“Todavía hay personas que pudieran verse afectadas con los relatos de las operaciones”, expresó el ex diplomático. “De ahí que haber salido de Cuba y llegar a España no quiere decir que esté exento de peligros”.
Espiando a la CIA en México
Enviado especialmente a México para vigilar y penetrar operaciones de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Centroamérica, sus contactos en la política y la vida mexicanas escalaron alto y resultaron tan efectivos como comprometedores.
Riera se desempeñó con la fachada de cónsul en México entre 1986 y 1991. Pero su estrella comenzó a declinar en 1992, a raíz de que se le señalaran violaciones del reglamento interno del MININT por relacionarse con miembros de la comunidad cubana en México, considerados “desafectos a la revolución”.
Después de 25 años de servicio en la DGI, fue licenciado como oficial por motivos políticos y separado de las filas del Partido Comunista (PCC) en 1993.
Entonces sobrevino el calvario de Riera. Trató de insertarse en el mundo de los negocios, respaldado por sus antiguos contactos en México, pero todos sus esfuerzos fueron congelados, desautorizados o suspendidos por el gobierno cubano.
En 1997 optó por casarse con una amiga de su ''etapa diplomática'', la ciudadana mexicana María del Socorro Yánez, para intentar salir del país. Pero las autoridades cubanas le retuvieron el permiso.
Acción desesperada
Impaciente y decidido a salir del país a cualquier riesgo, en julio de 1999 adquirió un pasaporte mexicano falso a nombre de Pedro Morales Estrada y sobornó con $2,000 dólares a un funcionario de inmigración para que registrara su entrada al país en la computadora del aeropuerto.
Es así como consiguió salir rumbo a Cancún y radicarse en territorio mexicano. Pero sus pasos comenzaron a ser vigilados y Riera decidió iniciar la búsqueda de asilo en Estados Unidos.
Contactó a un funcionario de la embajada estadounidense en México y confesó su largo historial como espía. Pero la espera se prolongó en medio de las vacilaciones y las dudas de los expertos en Washington y Riera consideró pedir ayuda a las autoridades mexicanas.
Su caso fue trasladado a la Secretaria de Gobernación, que tiene bajo su control el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), el órgano de la inteligencia mexicano.
Un mes después fue asaltado por seis individuos armados que lo interceptaron a la salida de un restaurante en pleno corazón de la capital mexicana, lo obligaron a subir a una camioneta y lo condujeron a una estación migratoria para enviarlo con destino a Cuba.
“La operación de mi secuestro se realizó con la colaboración del entonces senador mexicano Fernando Gutiérrez Barrios, que había sido secretario de Gobernación y manejaba aún los tentáculos de los servicios de seguridad nacional”, declaró Riera.
El amigo de Fidel Castro
Fernando Gutierrez Barrios, la larga mano de Castro
Gutiérrez Barrios, una controversial figura del PRI y titular de la Dirección Federal de Seguridad entre 1964 y 1970, mantuvo una larga relación de amistad y colaboración con Fidel Castro desde los días de los preparativos del yate Granma en México, a mediados de los años 50. Falleció en octubre del 2000.
“Gutiérrez Barrios recibió directamente el mensaje de Fidel Castro y movió sus peones”, afirmó Riera, quien en el 2006 interpuso una demanda legan contra el gobierno mexicano ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA. La acción legal fue finalmente desestimada.
En Cuba, Riera también envió en el 2008 una propuesta a la Asamblea Nacional del Poder Popular para eliminar los permisos de entrada y salida del país, y respetar las propiedades de los ciudadanos que decidan emigrar.
“Dejo a Cuba en situación muy difícil e incierta”, aseveró, “Los cambios sustanciales no se han producido, porque las leyes fundamentales y el sistema represivo permanecen intactos”.
Lucha de tendencias
Agregó que la cúpula gobernante se debate actualmente entre dos tendencias: una más propensa a introducir transformaciones que le aseguren el poder y otra atrincherada en las posiciones dogmáticas, temerosa de que los cambios terminen desmoronando el régimen.
“La cautela en las medidas que se están tomando es expresión del temor a que la situación se les vaya de las manos”, añadió. “La anunciada reforma migratoria que anunció Raúl Castro (en el 2011) se echó atrás por miedo a perder el control de los ciudadanos y los recursos económicos que se derivan de las autorizaciones y visados para entrar y salir del país”.
Riera es el segundo ex oficial cubano de alto rango a quien las autoridades cubanas permiten emigrar a España luego de negarles el permiso de salida durante años. El pasado abril el ex teniente coronel del MININT, el ingeniero Máximo Omar Ruiz Matoses, quien cumplió una sanción de 20 años de cárcel por acusaciones de traición a los mandos militares, logró abandonar la isla amparado en su recién obtenida ciudadanía española.
A ambos las autoridades estadounidenses le habían negado la solicitud de asilo político.
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