Susana Teresa Más Iglesias
El Vedado, La Habana, (PD) El gobierno cubano se vanaglorió muchísimo en gritar a voz de cuello en todas las reuniones en la ONU y otros lugares que Cuba era el único país libre de Latinoamérica. Y me pregunto: ¿libre para qué?
Los jubilados, después de haber trabajado más de 30 años y alcanzar su retiro estatal con una mísera chequera, en su mayoría de no más de 250 pesos cubanos (el equivalente a 10 dólares), tienen que vérselas muy duro mensualmente para alimentarse, pagar sus medicamentos, cubrir los gastos del consumo de agua, gas y electricidad. Sin contar que de ahí tiene que ajustarse y hacer maromas para agenciarse el aseo personal, pagar sus medicamentos y garantizar su pelado, en el caso de los hombres. Las féminas, en su mayoría, optan por un corte y un tinte de poca calidad comprado a particulares. Y no se puede obviar el descuento del dichoso refrigerador, que prácticamente se les obligó a cambiar.
Libre para qué, me vuelvo a preguntar cuando veo que estos viejitos o viejitas son asediados por inspectores y policías, que los aterrorizan si no tienen licencias para vender maní, chicharritas o alguna que otra golosina, y si la tienen tratan de buscar un motivo absurdo para multarlos con excesivas sumas de 700 o más pesos ,como le pasó recientemente al abuelito que vendía coquitos en el parque del Quijote, en El Vedado.
Otra vez me pregunto, libre de qué, si cuando incluso un viejo manifiesta su disconformidad y se pasa de la raya al hablar en contra del sistema ─ como el viejo Alfredo y algunas señoras mayores que marchan junto a las Damas de Blanco ─ los representantes del órgano represivo no miran que pueden ser sus abuelos o abuelas y arremeten contra ellos con golpizas, arrastrándolos como frazadas de piso, haciendo una demostración de lo aprendido en la academia policial.
Libertad sí hay para derrochar las riquezas del pueblo, para comercializar a altos precios en las llamadas "shoppings" los productos que llegan como donación, para vender medicamentos a un tercer país y que falte en el nuestro ─ dicho sea de paso hasta las vacunas de los perros, por valor de 10 CUC están perdidas ─, para seguir construyendo hoteles para el turismo, sin pensar en la reparación de los hospitales e incluso del famoso teatro Martí, patrimonio de nuestro país.
Ni siquiera hay libertad para que nuestros hijos o nietos escojan la carrera que desean, vistan como quieran o tengan acceso a determinados lugares si no van con un "hijito de papá". Y no se asombren, que dentro de poco ni la habrá para aquellas que prefieran la prostitución como medio de cubrir algunas necesidades.
Libertad sí tuvo Tony Guerrero, uno de los llamados 5 Héroes, de celebrar su cumpleaños con sus hijos, madre y ex esposa incluso, en la cárcel de Colorado, Estados Unidos. ¡Qué malos son los americanos! Un recluso en Cuba pasa las de Caín si se le muere la madre, el padre o un hijo para asistir al velorio o el entierro.
¿Entonces, de qué tipo de libertad hablan?
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