Tuesday, January 24, 2012

Yo, yo... y yo

El presidente Chávez con frecuencia funde su historia personal con la de eventos nacionales y/o internacionales, pese a que él personalmente no tuvo participación alguna en éstos últimos.
Andrés Cañizález. TAL CUAL DIGITAL

La edición de Tal Cual del 19 de enero recoge una contabilidad que debería ponerse en práctica cada vez que el presidente Hugo Chávez hace alguna de sus interminables intervenciones. La realizada el 13 de enero en la Asamblea Nacional marca un hito en extensión de lo que llanamente puede catalogarse de perorata.
Las cuentas que hace el diario dirigido por Teodoro Petkoff, por ejemplo, evidencian que el mandatario sólo uso dos veces la palabra inseguridad y otras dos veces la palabra desempleo. Inseguridad y desempleo, según coinciden todos los estudios de opinión pública, incluidos los de GIS XXI, son los principales problemas que padecen los ciudadanos de este país.
El presidente Chávez pronunció unas 60.000 palabras este viernes 13. Una construcción verbal que tuvo una alta repetición fue el "yo", en 586 oportunidades Chávez hablo de sí mismo usando el yo o utilizando su apellido para referirse a sí mismo en tercera persona. No se trata de un asunto casual, ni es obra del trance vital de los últimos meses en la vida del mandatario. Es un asunto estructural dentro de su discurso. Así quedó demostrado con una investigación que realizamos y para la cual tomamos una muestra de las emisiones del programa Aló, Presidente de los años 2000, 2004 y 2006.
Esta aproximación que hicimos al discurso personalista del jefe de Estado se inspiró en trabajos y referencias de los destacados profesores Adriana Bolívar, desde el campo de los estudios del discurso, y de Herbert Koeneke, desde la comunicación política. Dada la heterogeneidad de temas que aborda el mandatario, se seleccionaron únicamente frases relacionadas con la formulación, implementación y/o evaluación de las políticas públicas, como parte de una investigación académica de largo aliento que concluimos en febrero del año pasado.
La tabla evidencia el amplio predominio del "yo" personalista del presidente Chávez cuando habla de las políticas públicas, en los tres años analizados. Esa tendencia fue más marcada durante el año 2000, pero aunque disminuye en 2004 y 2006 sigue siendo la principal persona dentro de su propio discurso, cuando se refiere a las acciones gubernamentales. Estamos ante el tema del personalismo, porque de forma inevitable el presidente se refiere a sí mismo en diferentes contextos. Se ha evidenciado que la frase "yo he decidido" está muy presente en la expresión y mensajes del mandatario: Yo ordené una investigación sobre todo eso y quiero resultados, porque hicimos una asamblea con los vecinos, yo fui hasta allá, somos vecinos además ahí de Miraflores. Después hicimos un Acto en el Teatro Municipal, se expuso el proyecto y yo aprobé creo que 8 mil millones de bolívares para ese proyecto y no se ha hecho nada en tres años (Transmisión 204 de Aló, Presidente, 19.09.2004).
Globalmente el yo representa un 64 por ciento de los mensajes cuantificados, pero si se le suman los referidos a Chávez, cuando el presidente habla de sí mismo en tercera persona, entonces se tendría un 74 por ciento. Es decir, en tres de cada cuatro ocasiones en las cuales el presidente está hablando de políticas públicas se menciona a sí mismo.
El presidente Chávez con frecuencia funde su historia personal con la de eventos nacionales y/o internacionales, pese a que él personalmente no tuvo participación alguna en éstos últimos. Esta es otra expresión de un personalismo que raya en el narcicismo, tal como ha sostenido Koeneke. Un ejemplo de ello lo tenemos en su mensaje para darle la bienvenida a las delegaciones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo: Démosle de una vez la bienvenida a tantos hombres y mujeres delegados de nuestros hermanos Países de la OPEP, todos son hermanos. De una organización que nació hace cuarenta años y en la que Venezuela jugó un papel preponderante a la hora de su nacimiento. Era 1960, y precisamente aquí en Venezuela se aprobaron los Estatutos de la OPEP en aquel 1960. Yo tenía 6 años. (Transmisión 44 de Aló, Presidente, 24.09.2000).
El mensaje personalista del presidente, como se ha dicho, usa de forma alternada tanto el yo como la referencia a Chávez en tercera persona.
Hay un enorme peligro para la gobernabilidad democrática en que las decisiones públicas, con impacto en toda la sociedad, estén marcadas por un sello personalista del gobernante. Un claro ejemplo lo tenemos en este anuncio del jefe de Estado después de su reelección en diciembre de 2006: Y para que les duela, aunque yo no lo hago para que les duela en verdad, yo no tengo con que les duela o no les duela; pero yo sé que les va a doler. El próximo domingo no hay Aló, Presidente, habrá un desfile militar para conmemorar los 15 años de la Rebelión Militar del 4 de febrero, rebelión bolivariana. (Transmisión 264 de Aló, Presidente, 28.01.2007).
En esta investigación quedó claramente en evidencia el notable desbalance que prevalece en los mensajes presidenciales, con una mayoritaria inclinación al personalismo por parte del jefe de Estado. Esta exaltación de la figura de Hugo Chávez eclipsa los aislados destellos programáticos en la formulación, implementación y evaluación de las políticas públicas en Venezuela. El 13 de enero en la Asamblea Nacional durante casi 10 horas tuvimos una clara muestra de ello.

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