MIAMI, Estados Unidos (www.cubanet.org) – Luego de 50 días en huelga de hambre en la prisión Aguadores, sin atención médica, murió en el hospital Juan Bruno Zayas, de Santiago de Cuba, el opositor pacífico Wilmar Villar Mendoza.
Villar se había declarado en huelga como protesta por su encarcelamiento, luego de una farsa judicial donde fue condenado a varios años de cárcel. Como represalia, y para hacerlo desistir de la huelga, fue encerrado en una celda de castigo, donde enfermó de neumonía que le produjo varios vómitos de sangre. Cuando lo trasladaron al hospital Juan Bruno Zayas, los médicos fueron tajantes en su diagnóstico: “A este hombre sólo puede salvarlo un milagro”.
El milagro no se produjo y Wilmar Mendoza murió abandonado a su suerte por un régimen que presume de humanitario.
Los medios de prensa cubanos no han informado de la muerte del opositor. Los familiares de Villar Mendoza lo habían reportado como grave, pero conservaban la esperanza de que los médicos pudieran salvarlo, en atención a que Cuba “es una potencia médica”. Otra vez la propaganda oficial se hizo añicos.
José Daniel Ferrer, ex preso político, declaró a la emisora Radio Martí, de esta ciudad, que el cadáver del opositor fue entregado a la madre biológica,
Varias organizaciones opositoras se preparan para estar presentes en los funerales de Wilmer Villar Mendoza.
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