Tuesday, January 10, 2012

Detrás de Santorum las llamas de la Inquisición

Mario J. Viera. Englewood, Florida

Dentro de la Iglesia católica existen grupos con una interpretación muy particular de la teología romana. Por la extrema izquierda aparece la teología de la liberación que pretende conciliar criterios cristianos con dogmas marxistas y por la extrema derecha, el Opus Dei con un mensaje fundamentalista de la religión católica. Ambas tendencias, la primera rechazada por Roma, la segunda con el beneplácito de los últimos papas romanos, son nefastas para el credo católico.
Cualquier intento de introducir en la vida civil y en el manejo del Estado los criterios de esas dos contradictorias corrientes es un peligro para la libertad individual ahogada bajo principios teocráticos. Sin embargo el fundamentalismo del Opus Dei llevado del brazo secular de un político con pretensiones presidenciales puede concluir en un sistema jurídico teocrático al estilo de la sharía islámica.
Rick Santorum es un católico fundamentalista cuyas concepciones ideológicas concuerdan estrechamente con los postulados del Opus Dei. Si pudiera condenaba a la hoguera a los homosexuales que para él son comparables a los pedófilos; trataría de imponer el cinturón de castidad a las mujeres y ordenaría que todas las mañanas se rezara el Angelus en las escuelas y normaría el Génesis como la asignatura del surgimiento de la vida.
¡OK, cualquiera diría que exagero! Sí, claro que sí, exagero... pero no tanto... Reconozco que bromeo a costa del seráfico aspirante a la candidatura republicana, pero ¡Caramba! Si aspira a convertirse en presidente de los Estados Unidos debe entender que no tiene que rezar el rosario antes de tomar una decisión de gobierno y que él gobernará no solo para los cristianos, católicos fundamentalistas o evangelistas furibundos. Si llega a ser presidente ─ algo que dudo sinceramente ─ tendrá que ser el presidente de todos los americanos, de los religiosos como de los agnósticos, de los ateos, de los judíos y musulmanes; de los heterosexuales y de los homosexuales.
Ningún gobernante tiene el derecho a imponer a todo un país sus convicciones morales, sus prejuicios o su ideología. No puede exigir que el gobierno no se inmiscuya en los asuntos del mercado y al mismo tiempo reclamar que el gobierno se inmiscuya en la vida privada y la moralidad de los ciudadanos y en si usan o no anticonceptivos como dijera: “Una de las cosas de las que hablaré es de los peligros de los anticonceptivos en este país. (…) Muchos cristianos dicen que está bien, que la contracepción está bien. No está bien. Es una licencia para hacer cosas en la vida sexual que van en contra de lo que deberían ser las cosas”. Algo muy correcto en boca de un predicador pero ridículo en la de un político.
En su sitio web se dice de él: “Su visión de Estados Unidos es recuperar su grandeza a través de la promoción de la religión, la familia y la libertad”, cuando se imponga desde el gobierno la obligación de tener una religión ya no se está respetando la misma libertad que Dios le concedió a los seres humanos. Un gobierno moderno es laico. Ni condena ni apoya un determinado credo religioso, ni condiciona el progreso y la grandeza de la nación con la promoción de la religión. “...no es saludable que la gente tenga, usted sabe, relaciones sexuales fuera del matrimonio", clama pudorosamente para quizá intentar imponer un control limitando el uso libre de los genitales.
Cada vez que veo a alguien promoviendo a las cuatro esquinas su radicalismo de cristianismo puritano, yo que soy católico, siento que algo se me revuelve en el estómago y recuerdo la parábola de Jesús sobre el fariseo y el publicano (Lc 18.8-14).
Santorum se ha tomado muy a pecho el significado de su apellido; pero me atrevo a asegurar que ni el mismo Espíritu Santo le garantizará la presidencia de los Estados Unidos.

1 comment:

  1. "Ningún gobernante tiene el derecho a imponer a todo un país sus convicciones morales, sus prejuicios o su ideología."

    Creo que esa es la moraleja de tu post. Estoy de acuerdo con eso, pero mucho de lo demás que haz escrito es horrible.

    No tiene derecho de obligar a nadie a nada, pero tiene todo el derecho de tener esa opinion, de intentar ser presidente, y de querer cambiar leyes a su punto de vista si la mayoría del pueblo de EEUU decide que él es el candidato que quieren que los represente. El que no esté de acuerdo, que no vote por él y ya, pero no pueden esperar que trate de agradar a todos. Está haciendo su punto de vista completamente claro desde un inicio, actuando como mejor le parece. Que si estamos de acuerdo o no, ese es otro boleto. Que las urnas de votación hablen.

    Que bueno que él no quiera vivir una doble vida– una esquizofrenia real que vive aquel que quiere ser católico el domingo, pero en su vida diaria y en su profesión se deslinda por completo de Dios. Qué bueno por él, aunque talvez no sea el mejor candidato de todos, seguramente está siendo el mejor candidato que él puede ser. Aunque ciertamente tampoco creo que gane.

    Qué bueno que seas católico. Te recomiendo te informes un poco sobre antes de atacar públicamente a la gente y a los grupos religiosos.

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