Nicolás Pérez Díaz-Argüelles. EL NUEVO HERALD
En uso de las facultades que me confieren mis propias experiencias me declaro profeta. Y les explico que el día que nací a las 7 de la mañana (mi madre siempre me decía que había comenzado a dar guerra muy temprano) Tauro entró en su casa y encontró a Venus haciendo el amor con Marte en su propia cama, la cual le había jurado amor, y compadecido de la cornada, Zeus, dios del Olimpo, nos dio a algunos taurinos la bendición de la adivinación extrasensorial.
He tenido mis aciertos, como estar convencido de que la democracia con todos sus defectos es el más perfecto de todos los sistemas políticos posibles. Y casándome con mi esposa. Y creyendo ciegamente en mis tres hijos.
Pero me he equivocado de plano, como cuando todas las Navidades, los 31 de diciembre, mientras me comía mi plato de harina con gorgojos en la celda, juraba que antes de las 12 de la noche, el gobierno norteamericano, nuestros aliados, negociarían con La Habana para liberar al Presidio Político Cubano antes de las 12 de la noche como habían hecho con los combatientes de Playa Girón. Otros errores fueron cuando pensé que la Unión Soviética sería eterna o que las FARC iban a tomar el poder en Colombia.
Pero pasemos a mis predicciones, sin que ponga en duda las de la santería cubana. Primero las fáciles.
Mitt Romney será nominado candidato por el Partido Republicano. En principio hará un alarde de caballo castrado haciendo fuertes declaraciones contra la inmigración y atacará el plan de salud de Barack Obama, casi idéntico al suyo en Massachusetts, pero luego girará al centro sembrando caos y desconcierto entre los miembros del Tea Party.
El chinito gordito con cara simpaticona King Jong-un será nombrado hijo del sol, la luna, las estrellas y de la última galaxia descubierta, A1689zDA, pero en Corea del Norte no habrá cambios.
Antes del 2013 Hafez al Assad será derrocado en Siria por la Primavera Árabe porque allá la fiesta sigue. La próxima víctima, aunque a más largo plazo, es Mahmud Ahmadineyad, con cuyo final en el Medio Oriente se acabará el pan de piquito.
La terrorista de Sendero Luminoso Lori Berenson no volverá a Perú el 11 de enero. Los que pidieron a la justicia peruana que tuviera un gesto de humanidad y le dejara pasar las Navidades en casa meterán la cabeza en un cubo. Poco tiempo después, universidades liberales de Estados Unidos le ofrecerán en sus aulas una cátedra de Ciencias Políticas.
A pesar de que gobierna en España la derecha y aunque habrá en Madrid una que otra voz respaldando los derechos humanos y la democracia en la isla, Mariano Rajoy no hará ningún cambio efectivo en las relaciones con Cuba, porque una cosa son las hipócritas declaraciones para la galería intentando ser políticamente correctos, y otra, las relaciones comerciales entre naciones, donde prima en esta yunta el business is business.
En Cuba los “significativos” cambios económicos de que hablan algunos “expertos” no significarán nada. Las cifras económicas y el hambre proseguirán en caída libre, y se impondrán la matemática y la lógica marxista leninista, una mayor escasez se combatirá sacando de raíz, la raíz cuadrada de las protestas, multiplicada por una tanda de palos, cuya culpabilidad se dividirá a partes iguales entre los 15 miembros del Buró Político castrista. Sobre reformas políticas ni hablar del peluquín. Y sobre reformas migratorias reales ni pensar. Y es que muchos olvidan que la caída del Muro de Berlín, de Europa Oriental, y seguidamente de la Unión Soviética, no fue producto de una invasión externa, ni de una sublevación popular, ni de una guerra civil ni de un golpe de Estado, sino de un problema migratorio. Este se produjo cuando corrió el rumor de que les darían “tarjeta blanca” a los alemanes orientales, y ellos, envalentonados, empezaron a asaltar embajadas y a huir por miles por las fronteras de Austria y Hungría.
En Venezuela habrá un escandaloso fraude el próximo 7 de octubre o la oposición barrerá en las urnas. Un Chávez debilitado por su enfermedad hará un conato por entregar el poder pero se lo impedirán los narcogenerales y el Ministerio del Interior de Cuba, que son los que mandarán allá por entonces. En el proceso de sucesión Adán Chávez será desechado por ser demasiado independiente, a Diosdado Cabello, el niño lindo del ejército, le faltará peso político, y Nicolás Maduro, el escogido del propio Hugo Chávez, fue sacado de la fotografía cuando Fidel Castro apoyó a Elías Jagua. Pero del final del rollo ni me lo pregunten, porque eso no lo adivina ni Nostradamus.
He hecho como los siete pecados capitales siete predicciones veniales. Si adivino cinco, amigos y enemigos, comiencen a llamarme Nicolás Walter Mercado Pérez... sin capa.
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