La sentencia con la que la Corte Nacional de Justicia (CNJ) cierra el juicio que el presidente Rafael Correa planteó en contra del exeditor de opinión de diario El Universo, Emilio Palacio, confirma que la libertad de expresión en Ecuador está herida de muerte.
Esta sentencia está en contra de la Carta Interamericana de Derechos Humanos, a la que está suscrito Ecuador, y traerá consecuencias cuando el caso sea resuelto en la Corte Interamericana de Derechos Humanos y al país le toque enmendar los errores de quienes hoy administran el sistema judicial.
También existe la posibilidad de que quienes gobiernan el Estado desconozcan un futuro fallo de la Corte Interamericana; en ese caso Ecuador tendría que apartarse del orden mundial, con consecuencias gravísimas para el país.
Para el 13 de enero la CNJ ha convocado a los directivos de El Universo para conocer su apelación final. Sería el colmo que a más de condenar a 3 años de prisión y al pago de 30 millones de dólares (solidariamente con los hermanos Pérez) al autor del artículo de opinión, también se confirme la condena a quienes administran el medio en donde se lo publicó. Paradójico y contradictivo escenario cuando la misma corriente de pensamiento del presidente Correa propone una ley que sancione al medio que realice censura previa a un artículo o información.
Hoy las balas impactan en Emilio Palacio y los Pérez, pero la sangre la ponen los ecuatorianos
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